Despido disciplinario: qué es y ejemplos
El despido disciplinario es una medida adoptada por el empleador cuando el trabajador incurre en una falta grave que justifica la rescisión inmediata de su contrato de trabajo. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el despido disciplinario, los motivos que justifican su aplicación y algunos ejemplos concretos de este tipo de despido.
¿Qué es el despido disciplinario?
El despido disciplinario es un tipo de despido que se produce cuando el empleador decide poner fin al contrato de trabajo del trabajador debido a una falta grave cometida por este último. Esta falta debe ser lo suficientemente grave como para justificar la rescisión inmediata del contrato de trabajo, sin necesidad de que se haya producido previamente un incumplimiento contractual o un aviso previo.
En el despido disciplinario, la empresa no tiene la obligación de pagar una indemnización al trabajador, aunque este puede reclamar ante los tribunales si considera que el despido ha sido improcedente o que se han vulnerado sus derechos laborales.
Motivos que justifican el despido disciplinario
Los motivos que justifican el despido disciplinario suelen estar recogidos en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo aplicable en cada caso. A continuación, se detallan algunos de los motivos más comunes que justifican la aplicación de esta medida:
1. Faltas de asistencia o puntualidad: cuando el trabajador falta al trabajo de forma reiterada o llega tarde sin justificación, la empresa puede proceder a su despido disciplinario.
2. Incumplimiento de las obligaciones laborales: si el trabajador no cumple con sus tareas o responsabilidades, no respeta las normas internas de la empresa o no cumple con los plazos establecidos, puede ser objeto de despido disciplinario.
3. Indisciplina o desobediencia: si el trabajador no acata las órdenes de sus superiores, se niega a realizar tareas que le corresponden o tiene una actitud desafiante o conflictiva, la empresa puede proceder a su despido disciplinario.
4. Conductas contrarias a la buena fe: si el trabajador realiza acciones que perjudican a la empresa o a sus compañeros, como difundir rumores o secretos empresariales, cometer actos de vandalismo o sabotear el trabajo de sus compañeros, puede ser objeto de despido disciplinario.
5. Acoso o discriminación: cuando el trabajador acosa a un compañero o realiza actos de discriminación por razones de género, orientación sexual, raza, religión u otros motivos, la empresa puede proceder a su despido disciplinario.
6. Consumo de drogas o alcohol en el lugar de trabajo: si el trabajador consume drogas o alcohol en el lugar de trabajo o llega al mismo bajo los efectos de estas sustancias, puede ser objeto de despido disciplinario.
Ejemplos de despido disciplinario
A continuación, se detallan algunos ejemplos concretos de situaciones que pueden dar lugar a un despido disciplinario:
1. Faltas de asistencia o puntualidad: si un trabajador falta al trabajo sin justificación en varias ocasiones o llega tarde de forma reiterada, la empresa puede proceder a su despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que ha faltado al trabajo durante una semana sin justificación alguna o que ha llegado tarde en varias ocasiones y sin causa justificada puede ser objeto de un despido disciplinario.
2. Incumplimiento de las obligaciones laborales: si un trabajador no cumple con sus tareas o responsabilidades, puede ser objeto de un despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que no cumple con los plazos establecidos para la entrega de un proyecto importante o que no realiza las tareas asignadas puede ser despedido disciplinariamente.
3. Indisciplina o desobediencia: si un trabajador no acata las órdenes de sus superiores o tiene una actitud desafiante o conflictiva, puede ser objeto de un despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que se niega a seguir las instrucciones de su jefe o que tiene una actitud desafiante y conflictiva puede ser despedido disciplinariamente.
4. Conductas contrarias a la buena fe: si un trabajador realiza acciones que perjudican a la empresa o a sus compañeros, puede ser objeto de un despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que difunde rumores o secretos empresariales, que comete actos de vandalismo o que sabotea el trabajo de sus compañeros puede ser despedido disciplinariamente.
5. Acoso o discriminación: cuando un trabajador acosa a un compañero o realiza actos de discriminación por razones de género, orientación sexual, raza, religión u otros motivos, la empresa puede proceder a su despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que acosa a una compañera o que discrimina a un compañero por su orientación sexual puede ser despedido disciplinariamente.
6. Consumo de drogas o alcohol en el lugar de trabajo: si un trabajador consume drogas o alcohol en el lugar de trabajo o llega al mismo bajo los efectos de estas sustancias, puede ser objeto de un despido disciplinario. Por ejemplo, un trabajador que llega al trabajo bajo los efectos del alcohol o las drogas puede ser despedido disciplinariamente.
Despido disciplinario, despido inmediato
La comunicación de despido disciplinario, por su parte, no ha de respetar requisitos formales. Es así que el empresario puede despedir al trabajador de forma inmediata, sin perjuicio de que deban respetarse formalidades estipuladas en el convenio colectivo. Si el trabajador acude a los tribunales pero finalmente el empresario logra demostrar los motivos de ese despido, su demanda por despido improcedente será desestimada. El despido se considerará disciplinario y no será necesario respetar plazos de preaviso. En caso contrario, el empresario deberá asumir las consecuencias propias de la improcedencia del despido, entre ellas la obligación de preaviso. Una vez catalogado un despido como improcedente por el juez, el único capacitado para hacerlo, si el deberá pagar el preaviso, pero no en caso contrario. Será, por lo tanto, una cuestión que podremos dilucidar tras conocer la sentencia de una demanda.
En resumen, el despido disciplinario es una medida adoptada por el empleador cuando el trabajador comete una falta grave que justifica la rescisión inmediata de su contrato de trabajo. Los motivos que justifican esta medida están recogidos en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo aplicable en cada caso. Algunos de los motivos más comunes son las faltas de asistencia o puntualidad, el incumplimiento de las obligaciones laborales, la indisciplina o desobediencia, las conductas contrarias a la buena fe, el acoso o discriminación y el consumo de drogas o alcohol en el lugar de trabajo. Es importante recordar que, aunque la empresa no tiene la obligación de pagar una indemnización al trabajador en caso de despido disciplinario, este puede reclamar ante los tribunales si considera que el despido ha sido improcedente o que se han vulnerado sus derechos laborales.
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