Tipos de tasas de interés

Tipos de tasas de interés
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La tasa de interés es un indicador que aporta información sobre la rentabilidad de una operación. Es un concepto que despierta la curiosidad de cualquier cliente de un banco cuando solicita un préstamo o realiza una inversión. Es uno de los porcentajes que debes tener en cuenta para tomar una decisión financiera a corto o largo plazo. A través del análisis del interés es posible poner en perspectiva la rentabilidad de un producto después del paso del tiempo. El término hace referencia a una cantidad que se paga o se cobra en función del uso del dinero.

 

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¿Qué tipos de tasas existen?

Los detallamos a continuación y profundizamos en sus diferencias.

Qué es la tasa de interés simple

Siempre está en relación con el capital inicial. El interés obtenido está perfectamente alineado con ese dato. Y, en consecuencia, la misma cantidad se mantiene de forma permanente en cada periodo. No se produce un incremento sobre la base de lo depositado en un primer instante. Cuando se ha cumplido el vencimiento, comienza un nuevo ciclo en el que el interés, puesto en relación con el mismo capital, es idéntico al del contexto previo.

La operación se prolonga durante un tiempo específico y, en ese transcurso, el dinero invertido y el interés se mantienen de forma permanente. Si el proceso se desarrolla durante varios años, obtienes una rentabilidad cuando han pasado doce meses. La cantidad no se reinvierte tras ese ciclo. En ocasiones, este es el interés existente en la búsqueda de financiación o en la realización de una inversión a corto plazo. Algunos préstamos presentan esta particularidad.

Qué es la tasa de interés compuesto

Tiene importantes diferencias con el concepto anterior puesto que, en este caso, el porcentaje sí se añade al capital inicial que va en aumento. Y este hecho influye de forma positiva sobre los propios intereses. Las ganancias obtenidas durante un periodo se suman al capital previo. Y el interés se aplica sobre la base de la nueva cantidad.

En consecuencia, este porcentaje varía porque se calcula a partir de un dato que cambia. Esta fórmula incrementa el beneficio tras el paso del tiempo, ya que la cifra inicial crece de forma gradual. ¿Por qué los resultados son más atractivos en este caso si la inversión se centra en el largo plazo? Es posible obtener un mayor rendimiento.

 

 

Es importante que un inversor analice distintas alternativas antes de elegir la opción final, aquella que se ajusta a sus necesidades. El producto elegido ofrece unas condiciones concretas que debes conocer en detalle antes de firmar el contrato. El interés es un porcentaje que puede interpretarse desde dos perspectivas diferentes, como veremos a continuación. Cuando un inversor planifica una operación busca una opción que le aporte un mayor beneficio. Sin embargo, cuando un cliente quiere encontrar una fuente de financiación, contrata un producto que cuente con un interés más bajo. Por tanto, antes de tomar una decisión financiera, reflexiona previamente sobre cuál es el escenario en el que te sitúas y cuál es tu meta.