Economía Creativa: ¿Qué es y en qué consiste?
La creatividad es un elemento observable en distintos estímulos de realidad que más allá de sus diferencias tienen en su base el hilo conductor del ingenio como una visión que fundamenta la innovación. En torno a la economía que integra este componente principal surgen muchas opciones profesionales. Una misión llevada a cabo por personas que aportan su sello artístico a su trabajo desde la libertad inherente a una acción de estas características.
Economía Creativa, nuevos mercados e ideas de negocio
El mercado de esta industria vive un momento prometedor a partir de la propuesta de valor de nuevos bienes y servicios que tienen su origen en una inspiración.
John Howkins es el autor del libro “La economía creativa: Cómo las personas hacen dinero de las ideas”. Un título que en síntesis escribe el núcleo principal de este concepto.
Lo especial de este tipo de sector no solo se encuentra en el nacimiento y la comunicación de las nuevas oportunidades de negocio, sino también en las nuevas herramientas de emprendimiento y en la posibilidad de automatizar algunas tareas. A nivel humano, este ingrediente forma parte de la felicidad social que es la consecuencia de un espacio con diversidad de planteamientos, tendencias y corrientes.
Ideas de negocio en torno a la cultura
Todo ser humano, en cualquier edad, es único e irrepetible. A nivel creativo, cada pensador manifiesta la expresión de esta diferenciación desde su punto de vista. Esta realidad se afianza en el conocimiento. El ámbito cultural está inmerso en una constante novedad por medio de la propuesta de una oferta actualizada que eleva la alegría de quienes disfrutan de este patrimonio en el presente.
Una agenda de ocio y tiempo libre con la que los protagonistas sienten emociones únicas a partir de vivencias que dejan una huella en el recuerdo. La riqueza de la economía creativa es valiosa para el desarrollo y la evolución social puesto que su disfrute no solo puede interpretarse desde la referencia al plano individual, sino también al bien común.
Cada vez más personas invierten una parte de su dinero y de sus días en experiencias felices que trascienden al horario en el que se viven. Aportan la motivación anticipada de cada vivencia y dejan el sabor amable de un recuerdo que perdura a posteriori.
El turismo cultural en las ciudades y en los pueblos
En torno a esta infraestructura económica también surge la posibilidad de atraer a nuevos visitantes a un destino por medio de la presentación de una agenda de interés para quienes programan escapadas dando prioridad al descubrimiento cultural. A través de esta proyección, cada pueblo o ciudad puede expresar la referencia de su identidad ante aquellos que deseen sentir esta inmersión en un patrimonio totalmente único.
Este turismo cultural genera nuevos puestos de empleo que pueden aumentar de manera estacional durante algunos periodos del año, fortalece la economía del lugar y rinde homenaje a la creatividad por medio del asombro ante la belleza. Esta es una nueva forma de viajar que vincula este ingrediente con la economía y también con los nuevos recursos tecnológicos.
Sin embargo, el ejemplo de este tipo de turismo no solo es fuente de interés para quienes concretan un programa de vacaciones en una localización, sino también para quienes permanecen en ese sitio durante todo el año.
La formación para el emprendimiento creativo
El desarrollo de esta economía crece a partir de la referencia de aquellas mentes creativas que aportan su mejor versión a la sociedad por medio de la creación de propuestas que suponen una mejora en algún aspecto en concreto.
La educación es determinante para que la creatividad tenga una dirección clara puesto que, desde el desconocimiento de aquello que ya ha sido creado, una persona puede pensar que ha tenido una idea novedosa cuando no es así. A través de esta preparación, quienes emprenden en este ámbito visualizan la realidad no solo en su escenario actual, sino que también se fijan en la inspiración de cómo puede llegar a ser.
Las ideas no quedan únicamente enmarcadas en la esencia de un universo abstracto sino que adquieren una entidad real por medio de un plan de acción que produce un rendimiento económico.
Como ocurre en cualquier otro nicho de mercado, en esta observación de la creatividad también adquieren significado conceptos propios de la economía como la rentabilidad, el beneficio, el consumo o la generación de la riqueza.
El desarrollo del talento artístico
Un espacio que pone en valor estas características, también apoya a quienes desean desarrollar su carrera profesional en este ámbito prometedor pero complejo, puesto que una iniciativa puede resultar inviable si no existen recursos para ponerse en marcha a corto plazo.
Un ingenio que puede manifestarse en una propuesta de escritura, en una información visual, en una actividad de un museo, en la fotografía, en un evento temático, en las artes escénicas, en la arquitectura, en la gastronomía, en la decoración, en la moda… Pero la creatividad no solo importa en el arte. Estas ideas originales tienen una propiedad intelectual que ofrece una protección y unos derechos. Estos son sectores en los que la investigación es un antídoto de transformación posible gracias al compromiso y la motivación de los artistas que poseen los derechos de autor.
Cuanto más dinámico es este sector y cuanto más firme es la apuesta por el talento, mejor fluyen las ideas al compás del ritmo de una creatividad que sorprende. Cada protagonista incrementa su potencial creativo desde el apoyo de la comunidad. Esta nueva filosofía de emprendimiento creativo también evoluciona a partir de la economía colaborativa como medio para poner en marcha nuevos negocios que reciben su impulso principal de las aportaciones realizadas por los particulares que generan un efecto en cadena en el que las pequeñas cantidades también son vitales.
Por tanto, la economía naranja describe el mapa de la realidad de un tiempo como el actual asociado a la cuarta revolución industrial. Y este nuevo universo de color compone un sistema en el que el intercambio de información afianza el nacimiento de nuevas ideas que producen un beneficio universal.
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