Seis motivos por los que se produce la internacionalización de empresa
La internacionalización de la empresa puede responder a diferentes motivaciones: saturación del mercado doméstico, efecto arrastre, diversificación de riesgo… En cualquier caso, esta salida exterior está fuertemente influenciada por la globalización de la economía y el avance de las comunicaciones.
6 motivos de la internacionalización de una empresa
Hoy queremos hablarte de los seis principales motivos por los que se produce la internacionalización de la empresa.
Saturación del mercado doméstico
En primer lugar, queremos comentar que la internacionalización de empresa en muchos casos se produce por la saturación del mercado local. Y es que puede ocurrir que algunos bienes o servicios alcancen un tope o inicien una etapa de declive. Con la internacionalización, las empresas pueden ganar en ventas y volverse mucho más competitivas y productivas.
Crisis en el mercado interno
En muchos casos, la internacionalización de la empresa se produce con el fin de compensar una crisis en el mercado interno, ya sea global o de un sector en concreto. Esto es precisamente lo que ha pasado en España en los últimos años. Muchas pymes españolas han visto y ven en la internacionalización una oportunidad para salvar la crisis, dada la escasa demanda en el mercado local, especialmente en el sector de la construcción.
En este sentido, es importante tener en cuenta que, al ser más competitivas y estar más diversificadas, las empresas que se internacionalizan resisten mejor las situaciones económicas adversas.
Buscar mercados emergentes
Otro motivo de la internacionalización es la búsqueda de mercados emergentes. Muchas empresas buscan mercados que se encuentren en fase de crecimiento y/o que tengan menos competidores para obtener márgenes comerciales más elevados.
Efecto arrastre
En algunos casos, la internacionalización de la empresa se produce por el efecto arrastre, o lo que es lo mismo, por seguir a un cliente en su aventura internacional. Durante los últimos años, la internacionalización de un gran cliente ha forzado a sus proveedores a dar servicio también allí. Sin embargo, en estos casos suele ser necesario buscar más clientes para que sea rentable. Se trata de una razón bastante habitual en empresas de gran tamaño pero de pocos clientes.
Diversificación de riesgo
Por supuesto, hay que tener en cuenta que muchas empresas se internacionalizan con el objetivo de diversificar el riesgo al no depender de un único mercado. En este sentido, es importante que los empresarios no olviden que cualquier cambio social, político o financiero puede hacer peligrar su negocio, así que operar en un único país puede ser una opción muy arriesgada.
Acceso a avances tecnológicos y/o materias primas
Por último, queremos comentar que en muchos casos la internacionalización de la empresa es motivada por la facilidad de acceso a las materias primas o a determinados avances tecnológicos. Dicho de otra manera, algunas compañías deciden instalarse en lugares donde están presentes las materiales primas (o las tecnologías en el caso de las empresas del conocimiento) que utilizan en su proceso de producción.
¿Por qué y para qué internacionalizar mi empresa?
La decisión de internacionalizarse ha de estar respaldada por razones de peso, no sólo por el esfuerzo que ello supone para la empresa, sino por el riesgo que implica y el tiempo que lleva cumplir las distintas fases que requiere el proceso hasta alcanzar una profunda penetración del mercado exterior. Como inconvenientes inevitables podemos citar la complejidad del mismo proceso, la incertidumbre del mercado global, la gran inversión de recursos humanos y financieros o la profunda transformación de la organización que ha de acometerse, necesaria para afrontar los desafíos que plantea la conquista de nuevos mercados.
Pese a las exigencias y peligros asociados a esta salida al exterior, todos ellos difíciles retos, no son menos significativas las ventajas de internacionalizarse. Serán decisivas, finalmente, en función del contexto en el que se encuentre la empresa en cuestión, del tipo de actividad, del valor agregado de su producto y gestión, entre otros factores tanto externos como internos, si bien el entorno globalizado actual es predominante y por sí sólo ejerce una importante influencia a la hora de decidir.
El valor de la competitividad global
En un mercado global, aprovechar la competitividad de la empresa abre "un mundo de oportunidades si se saben explotar las ventajas competitivas" , apunta Isidro Fainé, presidente de CEDE y de la Fundación CEDE. De hecho, las estadísticas apoyan este optimismo ya que las empresas internacionalizadas (incluyendo las pymes) se caracterizan por ser más competitivas, un mayor tamaño y facturación, índices de productividad más elevados y resisten mejor a ciclos adversos, según un estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Por lo tanto, esa competitividad global revierte de forma positiva en la empresa, por lo que supone una oportunidad única de crecer tanto para pymes como para grandes empresas, pues internacionalizarse es aprovechar las ventajas del entorno globalizado para mejorar en aspectos clave como la producción, logística y gestión, inversiones, recursos humanos y procesos de todo tipo. No tiene tanto que ver como antes con el tamaño, el capitql disponible o la experiencia, sino con la orientación y con el valor añadido que uno pueda dar a su oferta y a su gestión, es decir, con su competitividad global. En suma, las siguientes razones pueden responder a la pregunta clave de por qué internacionalizarse:
- Buscar una salida a la crisis: compensar la caída de la demanda interna aprovechando ventajas competitivas.
- Aumentar las ganancias: las ventas exteriores pueden representar buena parte de los beneficios.
- Estar preparado para los escenarios globales: mejorar la competitividad y fortaleza de la empresa.
- Aprovechar las oportunidades del mercado exterior: sin tener que limitarse al mercado nacional.
- Diversificar las actividades y los riesgos: lógica consecuencia de una internacionalización exitosa.
- Como huía hacia adelante: por supervivencia, inentando evitar la desaparición de la empresa.
Por último, una fuerte competitividad exterior y el entorno cambiante obligan a hacer un esfuerzo importante a nivel interno en la empresa, pues superar el desafío que implica la internacionalización requiere de optimizar procesos, por lo que la organización gana en competitividad y fortaleza. Afortunadamente, esa misma globalización que tantos desafíos plantea constituye una prueba de fuego para la empresa, de la que saldrá reforzada si consigue superarla.
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