¿En qué consiste la planificación fiscal internacional?
Una definición práctica de la planificación fiscal o tributaria internacional nos remite más allá de la simple disciplina académica, si bien es en ésta en la que se basa para lograr esa estrategia idónea que, siempre dentro de la legalidad, permita evitar una parte de la carga tributaria soportada por personas o empresas.
En concreto, la disciplina académica combina conocimientos de derecho tributario, gestión de patrimonio, asesoría de empresas, banca internacional y otras materias que permitan servir a tal fin. A partir de todo ello, se realiza un estudio del caso concreto y se establece un modus operandi en el ámbito internacional que permita maximizar los beneficios eligiendo aquellos lugares y circunstancias que menor tributación supongan.
El máximo beneficio y la menor tributación
De forma genérica, así pues, podemos concluir que la planificación fiscal internacional consiste en desarrollar políticas de negocios a la medida de cada empresa, que logren el mayor equilibrio entre los mayores rendimientos y la menor carga fiscal. Y, acercando más el zoom, realizar una adecuada planificación fiscal internacional implicará aspectos tan variados como la tributación de no residentes, las inversiones, los convenios de doble tributación y demás claves fiscales tanto del propio país como de aquellos que nos interesen como mercados más idóneos. De este modo, para poder encajar del modo más acertado la actividad empresarial o inversora con las condiciones tributarias será necesario un profundo estudio de la fiscalidad internacional, que abarque desde la normativa interna y la legislación de otros países hasta el derecho tributario europeo, convenios y tratados internacionales que puedan resultarnos favorables.
Estrategias dentro de la legalidad
La legalidad es un requisito básico e irrenunciable, a partir de la cual se realiza una propuesta concreta de funcionamiento en un contexto internacional, aprovechando las posibilidades que brindan al inversionista o comerciantes las diferentes leyes tributarias de países diversos que puedan interesar. Recordemos que, si bien parecen similares, el fraude, la elusión y la evasión de impuestos son figuras distintas. En muchas ocasiones, la elusión fiscal (tax avoidance) puede ser considerada la piedra angular de la planificación fiscal internacional, pues al aprovechar los vacíos legales logra la mínima carga fiscal actuando al límite de la legalidad. Sin embargo, también estas prácticas pueden resultar complicadas de defender, pues si bien se hace uso de recursos legales disponibles el resultado es que se evitan hechos imponibles o, por ejemplo, se dilata su impacto en el tiempo. Estas actuaciones no se consideran buenas prácticas y, aún siendo legales, a menudo son perseguidas para evitarlas. Una de las herramientas creadas para este fin lo constituye el régimen fiscal de la transparencia fiscal internacional, cuyo objetivo es evitar la creación de sociedades interpuestas en territorios con una estructura fiscal distinta a la española.
Objetivo: evitar la doble imposición
Afrontar los retos de la fiscalidad internacional constituye uno de los puntos críticos de la estrategia de salida al exterior de una empresa, pues son muchas las alternativas a nivel fiscal y no es poca su complejidad. En este punto, resulta muy ventajosa la existencia de convenios para evitar los clásicos problemas de doble tributación, ya que ayudan a reducir la carga fiscal de forma importante. Sin embargo, no conviene perder de vista un enfoque global. En otras palabras, el objetivo no es únicamente reducir impuestos, sino encontrar la fórmula perfecta o, al menos, más idónea, para que nuestra empresa pueda sacar el máximo partido tanto de las inversiones realizadas, como de los beneficios que se deriven de aquellas.
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