¿Qué es la deflación?

La deflación es un fenómeno económico que se caracteriza por la caída generalizada y constante de los precios de bienes y servicios. Es decir, es un descenso general de los precios que, según el Fondo Monetario Internacional, debe ser prolongado durante al menos dos meses. 

En términos prácticos, la deflación es lo contrario a la inflación, uno de los conceptos más básicos de las finanzas, que consiste en la subida general de los precios, y se crea de forma parecida, en el sentido de que es la consecuencia de los cambios en la demanda y sus efectos en los beneficios de las empresas.

Características principales de la deflación

La deflación se caracteriza principalmente por lo siguiente: 

• Consiste en una bajada generalizada de los precios. 
• Cuando hay deflación, hay una reducción del consumo, de la producción y del empleo.
• Suele conllevar un aumento de la deuda real, por lo que puede ser un problema para los países que ya tengan una deuda elevada.
• Puede resultar beneficiosa para los consumidores, al bajar los precios de los bienes y servicios de forma general. 
• Puede ser perjudicial para las empresas productoras, puesto que sus ingresos pueden disminuir. 
• Puede ser un problema para los bancos y las instituciones financieras, al generar una crisis derivada de la reducción del valor de los activos.

Tipos y ejemplos de deflación

• Deflación de demanda: Ocurre cuando hay una disminución en la demanda general de bienes y servicios. Por ejemplo, en tiempos de recesión, los consumidores reducen sus gastos, lo que provoca una caída en la demanda y, por ende, en los precios.
• Deflación de costos: Surge de una reducción en los costos de producción que se traduce en una disminución de los precios. Por ejemplo, los avances tecnológicos que permiten producir bienes de manera más eficiente, resultando en precios más bajos.
• Deflación de activos: Implica una caída en el valor de los activos financieros y bienes, afectando negativamente la economía. Por ejemplo, la crisis financiera de 2008, donde la disminución en el valor de las propiedades inmobiliarias generó deflación de activos.
• Deflación de precios: Se refiere a la disminución generalizada y sostenida de los precios de bienes y servicios en la economía. Por ejemplo, una reducción persistente en los precios de bienes de consumo debido a una baja demanda.
• Deflación de salarios: Sucede cuando hay una disminución generalizada de los salarios, afectando los ingresos de los trabajadores. Por ejemplo, una recesión que lleva a la reducción de los salarios en diversos sectores laborales.
• Deflación de la moneda: Implica una apreciación de la moneda, lo que reduce el costo de importaciones, pero puede afectar las exportaciones. Por ejemplo, un aumento en el valor de una moneda nacional en comparación con otras divisas.
• Deflación de la economía global: Ocurre cuando múltiples economías experimentan una disminución generalizada de precios y actividad económica. Por ejemplo, la crisis financiera global de 2008, que afectó a numerosas economías en todo el mundo.
• Deflación de la oferta: Se produce cuando la oferta de bienes y servicios supera la demanda, llevando a una disminución de precios. Por ejemplo, una sobreproducción que resulta en exceso de inventario y reducción de precios para vender productos.
• Deflación de la inversión: Implica una disminución en la inversión empresarial, afectando el crecimiento económico. Por ejemplo, las empresas están posponiendo proyectos de expansión debido a la incertidumbre económica.
• Deflación de la producción: Se produce cuando hay una reducción generalizada en la producción de bienes y servicios. Por ejemplo, una disminución en la actividad manufacturera que afecta la producción y, por ende, los precios.

Causas por las que se produce la deflación

La deflación suele venir causada por un desajuste entre la oferta y la demanda, que puede deberse a distintos fenómenos. En general, esto es lo que puede provocar la deflación:

• Que la demanda sea insuficiente y las empresas decidan reducir los precios para poder vender y recuperar algo de lo invertido. Generalmente, estos precios se reducen para que las marcas no acumulen stock de forma contraproducente. 
• Que haya un exceso de oferta que provoque que sea necesario bajar los precios para que sean competitivos.