La balanza comercial española: en busca del equilibrio

Balanza Comercial Española
Índice

Como es sabido, la balanza comercial, uno de los componentes de la balanza de pagos, registra las compras y ventas de mercancías de un país durante un determinado periodo, y su saldo es la diferencia entre exportaciones e importaciones, es decir, entre el valor de lo vendido al exterior y el de lo que se compra a otros países. 

Si el saldo es negativo, es decir, cuando el valor de las importaciones supera al de las exportaciones, se habla de déficit en la balanza comercial, y de superávit cuando ocurre a la inversa. El estado de equilibrio perfecto, de este modo, corresponderá a unas exportaciones netas igual a cero (exportaciones e importaciones exactamente iguales). Es entonces cuando se dice que el país tiene un comercio equilibrado. ¿Qué queremos decir, entonces, cuando se afirma que una balanza comercial busca el equilibrio? ¿Acaso no es mejor conseguir superávit? 

En efecto, a priori el superávit comercial puede parecer la situación más deseable, si bien alcanzar el equilibrio entre exportaciones e importaciones, evitando desajustes, suele ser la meta de toda política económica no autárquica con el objetivo de lograr un crecimiento sólido y sostenido. El objetivo de la política española, como la del resto de economías abiertas, es mantener un comercio exterior equilibrado a lo largo del tiempo, pues tan peligrosos son los déficits como los superávits. Sin embargo, no es tarea sencilla, sobre todo por el problema de la fuerte dependencia energética del exterior que sufre nuestro país.

 

Curso de Finanzas Online
Adquiere las habilidades y conocimientos necesarios para seguir avanzando en tu carrera profesional

 

La importancia de una balanza comercial equilibrada

El concepto de balanza comercial es clave en el actual contexto globalizado, en el que la gran mayoría de países realizan intercambios de bienes y servicios bajo el principio de la ventaja comparativa. Además, lograr la armonía en la balanza de pagos, -equilibrada por definición como documento contable, pero con posibles desequilibrios en las cuentas individuales-, proporciona un equilibrio externo que se suma a un también perseguido ajuste interno, cuyos factores principales son el pleno empleo y la estabilidad de precios. 

La reducción del déficit de la balanza comercial, una de esas subcuentas, ayuda a conseguir un saldo positivo de la balanza de pagos, si bien la dependencia energética, como hemos apuntado, es una de las principales causas por las que en el caso español conseguirlo es poco menos que una quimera. A lo largo de la historia se ha debatido largamente sobre cómo controlar o incluso eliminar los desequilibrios de la cuenta corriente, (subbalanza de la balanza de pagos, a su vez dividida en la balanza comercial, de servicios, de rentas y de transferencias corrientes) y, al margen de los distintos enfoques, lo cierto es que corregirlos es una prioridad de los gobiernos. No en vano, éste fue uno de los principales factores que contribuyeron a desencadenar la última crisis financiera a nivel mundial.

España, tradicionalmente deficitaria

En España, el déficit comercial (exportaciones menos importaciones) es una característica estructural de la economía. Por suerte, ésta es compensada en buena parte por el superávit de la balanza de servicios, gracias a la partida de turismo. De este modo y según el Banco de España, el turismo tiene una importancia estratégica como factor reequilibrador de las cuentas exteriores de la economía española. 

El turismo, uno de los principales motores de la economía española, se vio gravemente afectado por la pandemia de la COVID-19 en 2020 y gran parte de 2021, lo que tuvo repercusiones en la balanza de servicios. Sin embargo, el país estaba en un proceso de recuperación gradual a medida que las restricciones de viaje se aliviaban y la vacunación avanzaba.

En cuanto a la balanza de bienes y como hemos comentado anteriormente, España ha tenido históricamente un déficit, en parte debido a su dependencia de las importaciones de energía. La transición hacia fuentes de energía renovables es una de las estrategias del país para tratar de equilibrar esta situación en el futuro.

El papel de la inversión externa

"Las recuperaciones económicas siempre provienen del exterior. En España la mejora comenzó con las exportaciones y ahora que parece que ya se ha despertado la demanda interna, la inversión productiva extranjera debe tomar el relevo", comenta Martínez Campuzano. 

La mejora de competitividad gracias a la reducción de costes laborales implica que el sector industrial puede ocupar un mayor peso en la actividad económica y atraer inversiones extranjeras, permitiendo un giro en el modelo productivo y aprovechar el camino de apertura al exterior abierto por las empresas en su intento de internacionalizar sus actividades.

ingresos pasivos guia