Tipos de negocios y sus principales características
Las economías consideradas como emergentes engloban a países muy heterogéneos que, sin embargo, tienen en común características que los convierten en atractivos para inversores que buscan los mercados con las mejores rentabilidades, idóneos también para introducirse a nivel empresarial. Como denominador común, los mercados emergentes suman una importante parte de la población mundial, lo que los convierte en un gigantesco mercado con un tremendo potencial de consumo gracias al rápido desarrollo económico que experimentan.
Esas circunstancias, fundamentalmente, los convierten en atractivos para empresarios e inversores de todo el mundo, si bien bajo esa denominación compartida se engloban realidades muy diversas. De este modo, si bien se anda a la caza de oportunidades más suculentas que las ofrecidas por las economías desarrolladas, de igual manera resulta recomendable ser prudente y estudiar a fondo las particularidades generales como la idiosincrasia, estabilidad sociopolítica, idioma o cultura, así como otros específicos. En este segundo grupo, además de disímiles trabas burocráticas y fiscales, se detectan aspectos favorables hacia determinadas industrias si se trata de valorar la conveniencia de invertir en unos u otros.
Mercados emergentes: el selecto grupo de los BRIC
Los países emergentes, que se cuentan por decenas, -siguiendo el concepto acuñado por Antonie van Agtmael en los años ochenta, por aquel entonces un economista del Banco Mundial-, se consideran en un nivel de desarrollo medio, entre los desarrollados y los países en vía de desarrollo. Sin embargo, su veloz crecimiento puede atravesar coyunturas de estancamiento, como ocurre actualmente con Brasil o, en el extremo opuesto, con China.
Tanto uno como otro pertenecen a un selecto grupo de economías emergentes. Se les denomina países BRIC (Brasil, Rusia, India, China), todos ellos con un gran potencial de crecimiento e importancia geoestratégica. Solo estos cinco representan un 40 por ciento de la población y una quinta parte del PIB de la economía mundial. Al mismo tiempo, dentro de los BRICS hay diferencias sustanciales que responden a sus distintas características y circunstancias, lo que exige un análisis meticuloso de su potencial de crecimiento y distintos problemas en función de nuestras expectativas. Sólo así podremos valorar de forma realista la conveniencia de decidir invertir o hacer negocios.
Fortalezas y debilidades de los mercados emergentes
De hecho, el riesgo de inestabilidad política a consecuencia, entre otros factores, de una débil clase media, es uno de los mayores problemas que tienen los países emergentes en general. Ello es compatible con que se produzca o espere un gran crecimiento de su economía en forma acelerada, dentro de un contexto cíclico irregular y variable que genera una inevitable incertidumbre. El funcionamiento de su política monetaria se basa en una serie de indicadores esenciales como la evolución del PIB, la inflación y la balanza de pagos.
Otra de las características de los mercados emergentes es su volatilidad monetaria, lo que les hace vulnerables por su carencia de liquidez en sus activos. Esta es una de las razones de sus desaceleraciones y bruscos cambios que, de nuevo, no favorecen las inversiones. Actualmente, la crisis global ha creado un contexto complicado para los mercados emergentes, si bien sólo podríamos determinar en qué medida ha afectado y sigue haciéndolo a los distintos mercados emergentes mediante un análisis pormenorizado.
Principales características de los mercados emergentes
Las economías denominadas emergentes son muy distintas entre sí, pero ello no impide que tengan características comunes significativas. No en vano, su denominación obedece precisamente a esos numerosos rasgos que comparten y que los caracterizan como mercados de destino atractivos para inversores o empresas que buscan tener presencia en ellos. Si nos remontamos al origen de la definición encontraremos un primer nexo de unión entre ellos, pues cuando fueron descritas por primera vez, allá en la década de los ochenta por Antoine W. Van Agtmael, un funcionario del Banco Mundial, se hizo para destacar su rápido crecimiento económico en comparación con las tasas de las economías desarrolladas, su progresiva industrialización e internacionalización.
El término se acuñó para referirse a economías emergentes que compartían estas características, si bien a partir de entonces algunos expertos han establecido una serie de condiciones para considerarse como tales, entre ellas poseer riqueza de materias primas y recursos, necesidades de infraestructuras, una importante inversión extranjera o una mínima estabilidad política.
Rasgos comunes de las economías emergentes
Aunque cada rasgo común tiene características diferentes en cada uno de los mercados emergentes y, por lo tanto, necesita un análisis contextualizado, todos ellos comparten características esenciales, como las siguientes:
- Concentran una importante parte de la población mundial: son un gigantesco mercado con un enorme potencial de consumo gracias a su rápido desarrollo económico. Esas circunstancias los convierten en atractivos para empresarios e inversores de todo el mundo.
- Internacionalización de sus economías: en dos sentidos, tanto con una mayor presencia de sus empresas en el exterior e importancia de sus exportaciones como por las inversiones extranjeras y su atractivo como mercado de destino. Una globalización que en muchos de ellos también influye en una apertura democrática.
- Riesgo de inestabilidad política: si por un lado son países que hacen esfuerzos constantes para mantener su estabilidad política, precisamente por ello, en la cruz de la moneda también existe el riesgo de inestabilidad e inseguridad jurídica. Según Marc Garrigasait, gestor del Koala SICAV, cuestiones como la estabilidad política, las alianzas internacionales y las trabas a nivel operativo y fiscal son elementos diferenciadores entre las distintas economías emergentes que conviene tener en cuenta a la hora de decidir una inversión o mercado de destino.
- Crecimiento en contextos de incertidumbre: aunque entre los distintos países se observan una mayor o menor regularidad en las tasas de crecimiento, en muchas ocasiones cuando se produce de forma acelerada lo hace dentro de un contexto cíclico e irregular que provoca incertidumbre. También hay que tener en cuenta la desaceleración de algunas economías emergentes, como ha ocurrido en determinados países europeos, asiáticos o latinoamericanos, si bien son casos puntuales que no implican que las regiones en las que se incluyen sigan mostrando un comportamiento dinámico. Por lo general, el crecimiento medio seguirá siendo mayor que el de buena parte de los mercados desarrollados.
- Tasas de inversión industrial demasiado bajas: las tasas de inversión industrial demasiado bajas y la inestabilidad social son otros signos distintivos que no sólo lastran el avance, sino que también impiden un normal funcionamiento en sectores que no sean las materias primas, concluye Aglietta.
- Indicadores de la política monetaria: indicadores como la evolución del PIB, la balanza de pagos y la inflación son esenciales para el funcionamiento de su política monetaria.
- Volatilidad monetaria: la monetaria les hace vulnerables por carecer de liquidez en sus activos, propiciando desaceleraciones y cambios bruscos cambios que, lógicamente, desalientan las inversiones.
- Gran potencial de crecimiento: en general, el gran potencial de crecimiento basado en la progresiva industrialización, con ritmos muy distintos que pueden llegar a resultar extremos e invitar al pesimismo, como en el caso de Brasil.
- Falta de una clase media fuerte: otro denominador común es la falta de una clase media fuerte que permita un crecimiento sostenido. Su falta también lleva a una inestabilidad política. Superar este problema es uno de sus mayores desafíos.
Principales economías emergentes en la actualidad: países emergentes BRIC
Los países emergentes BRIC son algunas de las principales economías con este potencial en la actualidad. BRIC es un acrónimo que proviene de la combinación de los nombres Brasil, Rusia, India y China cuyas características los agrupan por su importancia y oportunidades, al tener en común:
- Que representan actualmente alrededor del 25% de la masa terrestre del planeta.
- Unidos suman el 40% de la población mundial.
- Juntos pueden llegar a formar un bloque económico influyente.
- Todos ellos tienen una tendencia económica de rápido crecimiento, como el economista Jim O'Neill, presidente de Goldman Sachs Asset Management, supo detectar en el año 2001.
Para O'Neill, cada uno de estos países jugaría un importante rol en el futuro, en concreto:
- India: se convertirá en el principal proveedor mundial de bienes manufacturados.
- China: su potencial reside en el sector servicios.
- Brasil y Rusia: serán los proveedores de materias primas más importantes del globo.
Además, O'Neill pronosticó que, para el año 2050, los países emergentes BRIC y sus economías combinadas superarán los de los países más ricos del mundo actual. Esta previsión toma fuerza, sobre todo, si se tiene en cuenta que, desde el año 2010 Sudáfrica se ha unido a este grupo, siendo admitida oficialmente como nación BRIC tras una invitación de China y los otros países del conjunto.
¿Por qué los países emergentes BRIC son importantes?
Aparte de sus características de crecimiento, los países emergentes BRIC tienen francamente poco en común. Pese a las reuniones anuales que les unen, desde el año 2008; las uniones entre los países de este bloque de economías resulta bastante improbable, más allá de vínculos de carácter temporal. Barajando las posibilidades reales de cada uno de ellos, parece más verosímil pensar que, alcanzado cada uno el lugar que le corresponde y, tras lograr el crecimiento esperado, prefieran aliarse con países del exterior del grupo BRICS que les reporten un mayor apoyo y confirmen su solidez. De momento, sus potenciales socios más importantes se encontrarían en dos bloques con los que mantienen buenas relaciones:
- La Unión Europea
- Estados Unidos
De la misma forma, no se presenta como una posibilidad muy cercana el que en vez del poder económico simplemente, sus expectativas se orienten a alcanzar el poder político. Es cierto que se reúnen y ponen objetivos de reforma y crecimiento en común, es verdad que orientan algunas acciones de forma paralela; pero, de ahí a plantar el germen para un nuevo orden que trascienda lo económico existe un gran paso que, excepto si el panorama mundial de aquí al 2050 no cambia radicalmente, no veremos hacerse realidad. Además, tras los BRICS, surgieron los CIVETS y, más recientemente los MINT, por lo que, incluso en el orden económico, y pese a sus fortalezas en materia de recursos naturales, potencial de servicios o de producción industrial; los países emergentes BRIC deberán superar nuevos retos y ser capaces de enfrentarse a competidores que surgen con fuerza para hacer realidad el futuro que O'Neill les pronosticaba.
Cómo invertir en los mercados emergentes
México, Indonesia, Nigeria y Turquía son los MINT, nuevos mercados emergentes según predice Jim O'Neill, responsable también del término BRIC, para referirse, en 2001, a Brasil, Rusia, India y China. Sus características los delatan: rápido crecimiento económico y una población joven y numerosa. Sin embargo, a pesar del optimismo que rodea a los MINT, hay una serie de advertencias que se deben tener en cuenta antes de comprometerse en una inversión de capital destinada a cualquiera de estas regiones.
Nuevos mercados emergentes: riesgos de los MINT
Al igual que muchos otras economías de similares características en el pasado (BRIC o CIVETS), los nuevos mercados emergentes se enfrentan a significativos problemas internos, dando paso así a un seguido de ventajas e inconvenientes de invertir en mercados emergentes:
- Corrupción
- Altos niveles de deuda
- Debilidad de las leyes y el sistema judicial
- Problemas de gobernanza
- Pobre desarrollo de infraestructuras
- Inadecuación de los planes y sistemas educativos
Estas cuestiones suponen el verdadero reto a la hora de apostar por una economía de este tipo. Hay que arriesgar sin saber si la nación será capaz de superar sus debilidades, si lo hará a tiempo y si la solución no será el origen de un problema más grave. Concretamente, como ya ha sucedido con anterioridad, cuando la inversión extranjera comienza a penetrar el tejido económico de un país así configurado hace saltar los resortes de la resistencia al cambio.
La población, por una parte, advierte las mejoras y las oportunidades de desarrollo pero, por otra, tiene miedo de verse alienada y sometida a una nueva cultura, un cambio en el sistema de valores y una pérdida de identidad. A la vez que la inversión entra es necesaria la aplicación de reformas, que han de provenir del interior del país. Estas políticas se orientan hacia la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, el ahorro energético o la educación y, en muchos casos, cuentan con el apoyo o incluso se ven impulsadas por organismos internacionales, que lideran el cambio para garantizar el éxito.
Inversión en los mercados emergentes
Los inversores tienen varias vías alternativas para activar su participación en los nuevos mercados emergentes internacionales, sin embargo, sea cual sea el formato elegido, han de atender a las siguientes buenas prácticas:
- Elegir correctamente el mercado objetivo, ya que el crecimiento suele ser desigual incluso dentro de un mismo grupo de países emergentes.
- Controlar los tipos de cambio, uno de los riesgos que mayores consecuencias acarrean y, a la vez, de los más complicados de pronosticar y medir.
- Permanecer actualizado en base a información contrastada que alerte sobre cualquier cambio en la política o regulación nacionales, para poder reaccionar a tiempo y evitar consecuencias fatales para el balance de cuentas.
- Evaluar el riesgo y las posibilidades reales de asumir la inversión, teniendo en cuenta todas las variables y, sobre todo, la falta de liquidez de este tipo de mercados.
- Plantear la acción como una estrategia a largo plazo y no esperar rendimientos inmediatos.
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