Consumidor final vs cliente
Como su propio nombre indica, el consumidor es aquel que consume, si bien el término normalmente está asociado al uso de bienes para satisfacer una necesidad y, en el ámbito comercial y económico, se centra en la persona que utiliza un producto previamente adquirido. La adquisición de los productos o servicios en el mercado, sin embargo, puede realizarse por una persona que no lo consumirá, por lo que el proceso productivo no finaliza en ella, sino en la persona que finalmente lo hace: el consumidor final, entendido como la persona que lo consume, frente al cliente, que puede o no coincidir con aquel.
Diferencias entre consumidor final y cliente
En sentido estricto, por lo tanto, solo cuando se concreta el consumo podemos hablar de consumidor final. El cliente, por lo tanto, será quien compra o contrata un servicio, mientras el consumidor o usuario final es el que lo consume para obtener un beneficio o utilidad. Puesto que el consumidor final difiere del cliente, comprador pero no necesariamente consumidor, la decisión final de compra podrá tomarla tanto uno como otro, o quizá ambos de forma conjunta, dependiendo de distintos factores. Sin embargo, por lo general, quien consuma el producto será quien decida al respecto, tanto antes de probarlo como después, tras valorarlo. Cuando comprador y consumidor no coinciden, por lo tanto, corresponderá a este último valorar el producto tras su uso y, en caso de ser satisfactorio, probablemente decida voler a comprarlo.
Conocer a los clientes, la clave del éxito
Aunque sus roles y objetivos son distintos, el objetivo ha de ser satisfacerlos, y precisamente por ello es importante distinguirlos. No en vano, satisfacer a consumidores, usuarios, compradores o clientes, sean una o varias personas, es clave para aumentar ventas, ganar clientes, fidelizarlos y, en suma, para la buena marcha e incluso de cara a la supervivencia de la empresa.
El desarrollo de estrategias que desarrollan las empresas para hacer llegar los productos directamente al consumidor final requieren de un conocimiento de la clientela, entendida de forma amplia. Saber diferenciar entre cliente y consumidor final puede hacer una gran diferencia a la hora de conseguir una mayor fidelidad. La idea es llegar hasta el consumidor final, puesto que tiene el poder de decisión de compra de un producto o servicio.
Llegar al consumidor final no solo tiene interés con fines publicitarios. Es fundamental tener en cuenta que conseguir un acercamiento al consumidor final también permite conocer sus gustos y expectativas sobre un producto, así como el valor percibido frente a las expectativas creadas.
De este modo, las acciones de marketing orientadas a recabar este tipo de información, haciendo una clara distinción consumidor final vs cliente permiten conocer a los clientes y pueden ser de gran ayuda para focalizar las acciones a la hora de tomar decisiones de producción. Por supuesto, ese acercamiento también puede ayudar a orientar los mensajes de un modo más certero con el objeto de elaborar una publicidad más efectiva y, en fin, para buscar la tan ansiada fidelización. En este sentido son de gran ayuda los canales digitales.
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