La Curva del olvido

curva del olvido
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¿Alguna vez has estado en medio de un examen para el que habías estudiado mucho y te has quedado en blanco? Si has sido partícipe de una experiencia igual o similar, este artículo te ayudará a comprender qué te ha ocurrido y te ayudará a evitarlo en el futuro.

 

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¿Por qué se llama curva del olvido?

La curva del olvido es una expresión originada en 1885 que hace referencia a la pérdida de aquello memorizado anteriormente. De forma gráfica, se puede representar como una curva descendente. La parte alta de la curva hace referencia al momento en el que somos capaces de retener la información en nuestro cerebro y, a medida que esta baja, lo vamos olvidando, llegando así al olvido o a lo que llamamos ‘’quedarnos en blanco’’. Cuanto más dure esta curva, mayor capacidad de retener la información tendremos.

Factores que influyen en la curva del olvido

Seguramente te estés preguntado los motivos por los que esto sucede. Pues bien, existen varios factores que influyen para que nos olvidemos de determinada información con mayor o menor rapidez.

Grado de dificultad

El grado de dificultad es un factor muy relevante. Cuanto más difícil resulta aquello que queremos memorizar, menos tiempo permanecerá en nuestra memoria, ya que el cerebro tiene que hacer un gran esfuerzo para mantenerlo.

Relevancia

La relevancia que tiene la información para nosotros ayudará a que se retenga la información más o menos tiempo.

Es muy común que nos encontremos con alguien por la calle con quien no tenemos mucha relación y nos cuente un problema por el que está pasando. Probablemente, te habrás desconectado a mitad de la conversación y cuando llegues a casa no te acuerdes de casi nada de lo que te ha dicho. Sin embargo, si una persona como tu madre o tu padre te cuenta un problema, seguramente te acuerdes de este durante mucho tiempo e incluso aparezca en tu subconsciente cuando estés realizando cualquier tarea. Esto ocurre porque, a diferencia de la persona que te has encontrado en la calle, tu padre o tu madre sí que son relevantes para ti.

Manera de representación de la información (texto, foto, vídeo…)

Hay muchas teorías que nos explican que el texto es más difícil de retener en la mente que no una fotografía, y es completamente cierto. Cuando nos encontramos con un texto con letras minúsculas tendemos a leerlo por encima, obviando así mucha información. En cambio, las imágenes son muy fáciles de retener en la retina y en la memoria, porque el cerebro no tiene que trabajar tanto como cuando se trata de un texto.

Es común que muchos estudiantes realicen dibujos para que les sea más fácil estudiar y memorizar la información. Asimismo, también es aconsejable que vean vídeos originales acerca de la materia.

Características de la persona

Seguro que muchas veces te has frustrado pensando por qué hay personas que tienen la capacidad de aprender en un día lo que tú tardas en aprender en una semana. Este factor es totalmente común. Cada persona es un mundo y tiene unas capacidades distintas de retención de la información. Mientras hay personas a las que les resulta más fácil aprender con textos, hay otras que prefieren dibujar.

Otros factores

Seguro que algún día hiciste un examen y no te fue como esperabas porque estabas nervioso o cansado de estudiar durante toda la noche, ¿verdad? Los factores fisiológicos y psicológicos también tienen mucho que ver con la retención de la información. Por ejemplo, el estado de ánimo, el estrés o el sueño harán que puedas recordar aquello que has memorizado con más o menos facilidad.

 

 

¿Cómo evitar la curva del olvido?

No es posible evitar la curva del olvido al 100%. Sin embargo, sí que podemos tomar algunas medidas para evitar sus consecuencias. Debemos enfocarnos en tres ejes principales:

  • Proceso de estudio
  • Práctica
  • Repaso

1.   El proceso de estudio

Este primer paso puede parecer muy lógico de primeras. Sin embargo, si quieres evitar la curva del olvido, tienes que llevar a cabo un proceso de estudio organizado y de calidad.

Para ello se aconseja: estar un sitio limpio y ordenado, tener a mano los materiales necesarios para evitar distracciones, marcar objetivos, establecer un horario y realizar descansos cronometrados para que no se extiendan.

Otras de las acciones que puedes realizar mientras estudias es realizar cualquier método que te ayude, como por ejemplo subrayar el temario o hacer esquemas y dibujos. Repetir el temario en voz alta también suele ayudar a una mayor retención de información. Esta fase es un poco personalizada en función de cada estudiante. Sin embargo, se exige cierta disciplina por parte de este.

2.   La práctica

Poner en práctica aquellos conocimientos que has aprendido es muy importante para que se queden ‘’sellados’’ en nuestra mente. De lo contrario, si no practicas ni te pones a prueba, no sabrás hasta el día del examen qué es aquello que realmente sabes y recuerdas.

Para realizar este paso puedes realizar un examen de autoevaluación del temario y corregirlo para ver los fallos que has cometido. Se recomienda realizarlo cada día al finalizar el estudio con el temario aprendido.

Realizar una autoevaluación te ayudará a fomentar la memoria, detectar de forma rápida aquello que has aprendido, saber los puntos que debes reforzar y ayuda a comprender el temario.

3.   Repaso final

Muchos estudiantes recurren a realizar un repaso final. Sin embargo, la mayoría lo hacen minutos antes del examen con los nervios a flor de piel. Esto ocasiona que te puedas poner más nervioso y frecuenta la posibilidad de aumentar la curva del olvido.

Se recomienda organizar los momentos de repaso final antes de empezar con el estudio. De esta manera, podremos dejar un día o dos de margen antes del examen para exclusivamente repasar. También es aconsejable no esperar a acabar el temario para empezar a trabajar, sino que realizar un pequeño repaso al final del día de estudio ayudará a que puedas saber si has sido eficaz ese día o si, por el contrario, necesitas reforzar aquello estudiado.

El repaso puede combinarse con la autoevaluación para conseguir un mayor control acerca de la materia aprendida.