Contabilidad para pymes: el Cuadro de cuentas

Si estamos familiarizados con la contabilidad de una empresa, incluso en su nivel más básico, con certeza conoceremos el Cuadro de cuentas, el último de los apartados en los que se divide el vigente Plan General de Contabilidad para Pequeñas y Medianas empresas (PGC para pymes), aprobado por el Real Decreto 1515/2007, de 16 de noviembre. El PGC para pymes sufrió la adaptación a las normas internacionales, lo que supuso una profunda reforma de su estructura y, en concreto, una reestructuración del plan de cuentas. Dentro de la estructura del PGC, que se divide en cinco apartados, únicamente las tres primeras son obligatorias, lo que significa que el Cuadro de cuentasas, que se encuentra en quinto lugar, tiene carácter optativo:
- Marco Conceptual
- Normas de registro y valoración
- Normas de elaboración de las cuentas anuales
- Definiciones y relaciones contables
- Cuadro de cuentas
Clasificación mediante códigos en distintos grupos y cuentas
Dentro del Cuadro de cuentas, la clasificación de los grupos consta de 7 apartados. Los 5 primeros se refieren cuentas de balance que recogen los activos y pasivos, mientras que los dos últimos, el 6 y 7, son cuentas de gestión, es decir, captan los ingresos y gastos:
- Financiación Básica: recursos de la empresa que se destinan a financiar el activo permanente.
- Activo no corriente: activos que sirven en la actividad empresarial de forma duradera, así como inversiones financieras cuyo vencimiento, enajenación o realización se producirá en un plazo superior a un año.
- Existencias: activos utilizados para producir o prestar servicios que se venderán en el proceso de producción o en forma de materiales o suministros.
- Acreedores y deudores por operaciones comerciales: instrumentos financieros y cuentas con origen en el tráfico de la empresa, así como cuentas con la administración pública, entre otras.
- Cuentas Financieras: engloba las cuentas de tesorería de la empresa.
- Compras y Gastos: referido a las cuentas por actividades comerciales, que reflejan las operaciones de compra y gasto.
- Ventas e ingresos: incluye las cuentas que reflejan las operaciones de venta e ingresos realizadas por la empresa.
Las cuentas, por lo tanto, están ordenadas por grupos, siguiendo una codificación que consiste en asignar números con dígitos que van aumentando. Por ejemplo, los primeros 7 grupos (1 dígito) se dividen en subgrupos (2 dígitos) y éstos, a su vez, en distintas cuentas (3 dígitos) que también pueden llegar a tener subcuentas (4 dígitos). En este esquema, los distintos elementos están clasificados por códigos numéricos para que puedan ser interpretados por distintos usuarios. En ello, precisamente, radica su utilidad.
¿Dónde encuentro y cómo utilizo el Cuadro de cuentas?
Para llevar a cabo la contabilidad se han de tener siempre a mano las distintas cuentas, ya sea en la pantalla o impreso. Encontraremos el Cuadro de cuentas en el mismo Boletín Oficial del Estado (BOE) y, de igual modo, podemos hacernos una tabla abreviada con las cuenta que mas utilicemos. Además, la experiencia ayudará a memorizarlas, al menos las más comunes, como por ejemplo la 400 Proveedores, la 430 Clientes, la 570 Caja, la 572 Banco, la 472 Hacienda pública IVA soportado, la 700 Venta de mercaderías o, entre otras muchas, la 477 Hacienda IVA repercutido. Para su uso, asignaremos el correspondiente número a cada una de esas cuentas, que están reflejados en el mismo Cuadro contable, para así ir haciendo los asientos contables de las distintas subcuentas. Es decir, irá al debe o al haber en función de si es activo o pasivo, pogamos por caso. Asimismo, si fuera necesario crearíamos nuevas cuentas.
Uso opcional y ampliable según las necesidades
La flexibilidad del PGC atribuye un carácter optativo al Cuadro de Cuentas. Por lo tanto, su numeración y denominación no son obligatorias, si bien tienen una gran utilidad organizativa y, de hecho, sin ir más lejos resultan útiles a la hora de elaborar las cuentas anuales. Dentro de esta misma filosofía, el Cuadro puede adaptarse a las necesidades de las empresas, lo que significa que, como hemos mencionado, es posible crear cuentas adicionales con fines prácticos.
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