Principales retos de la pequeña y mediana empresa
Ser una pequeña y mediana empresa tiene muchas ventajas. Cuanto más pequeño es un negocio, más fácil es coordinar y organizar el trabajo, conocer y prestar una atención personalizada a los clientes, controlar todo lo que ocurre en la empresa o adaptarse a los cambios. Las empresas pequeñas tienen más flexibilidad y una capacidad de reacción más rápida a la hora de tomar decisiones, de innovar, de adaptarse a las nuevas necesidades y transformar su gestión, sus métodos, estrategias o incluso las herramientas que utiliza. Sin embargo, ser una pyme también tiene ciertas desventajas. Los empresarios deben enfrentarse a ciertos retos y hacer frente a dificultades que pueden poner en grave peligro la salud de su empresa.
Inconvenientes de ser una pyme
El principal hándicap de la mayoría de las pymes se centra en la obtención de financiación, bien para poder hacer frente a tiempo a los pagos y obligaciones fiscales, bien para poner en marcha estrategias de innovación, crecimiento o internacionalización. No obstante, la falta de financiación no es el único ni el mayor de los problemas con el que se encuentra la pequeña y mediana empresa. La mayoría de las dificultades a las que se tienen que enfrentar las pymes están originadas por el desconocimiento y la falta de formación en determinadas materias. No es necesario tener un título o una formación para poner en marcha una pyme, sin embargo, sí que es conveniente conocer y saber cómo utilizar algunas estrategias, métodos y herramientas para gestionar de forma eficaz un negocio. Aun así, disponiendo de la formación apropiada y de la financiación necesaria, las pymes deben hacer frente a diversos retos e inconvenientes:
- Encontrar profesionales capacitados. Quizá sea el principal reto de muchos de los emprendedores. Pese a la alta tasa de paro, lo cierto es que encontrar profesionales cualificados y talentosos que deseen trabajar en una pequeña empresa es difícil. La mayoría de los profesionales con conocimientos técnicos, y que demuestran ser realmente buenos en el desempeño de sus funciones, terminan marchándose a una gran empresa o emprendiendo por su cuenta.
- Poca capacidad de negociación frente a proveedores y clientes. El volumen de negocios y ventas de la pequeña empresa no suele ser tan elevado como el de las grandes compañías, por lo que su margen de negociación se ve reducido. La mayoría de las pymes terminan aceptando las condiciones que los proveedores imponen para recibir la mercancía y la que los clientes piden.
- Precios menos competitivos. Como consecuencia de los problemas de financiación y del poco margen de negociación con los proveedores y distribuidores, las pymes se ven obligadas a establecer un precio para los productos menos competitivo que el de las grandes compañías, para poder obtener beneficios.
- Dificultades tecnológicas. A pesar de los avances en este ámbito, aún muchas pymes se encuentran con serias dificultades para implantar las nuevas tecnologías en su empresa. La falta de presupuesto para invertir en estos materiales, el desconocimiento y la falta de personal con formación específica, son algunos de los motivos por los que las pymes sufren un déficit tecnológico.
- Expandir su negocio. El crecimiento y la internacionalización de las pymes son dos de los mayores retos para cualquier pyme. Una de las condiciones para crecer e internacionalizar la empresa es conseguir nuevos clientes, una complicada misión cuando no se dispone del capital necesario ni se conocen las estrategias y recursos más adecuados.
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