Conoce los diferentes modelos de factura comercial

Todo empresario o profesional está obligado a facturar por las operaciones de venta que realice o los servicios prestados. La emisión de facturas refleja, y respalda, las operaciones económicas realizadas en el desarrollo de nuestra actividad empresarial. La obligación de facturar está regulada por diversas normativas, entre la que cabe destacar Real Decreto 1619/2012, por el que se aprueba el Reglamento por el que se regulan las obligaciones de facturación, donde se establece los requisitos mínimos que se deben cumplir, además de los tipos y características de este documento. Conocer las funciones y requisitos de cada tipo de facturas te ayudará a elegir y emitir la factura necesaria en cada momento.
Tipos de facturas
Existen tres tipos de facturas, en función del contenido que se trate en ellas:
- Factura ordinaria, donde se refleja la operación económica que se ha llevado a cabo, bien de prestación de servicio o de compra venta.
- Factura rectificativa. Se utilizan para rectificar o corregir algún error en la factura ordinaria, tanto en los requisitos que debe cumplir como en los datos que refleja, y en caso de devolución de productos.
- Facturas recapitulativa. Similar a la ordinaria, en este tipo de facturas se agrupan todas las facturas de un determinado periodo, por norma general de un mes.
Según los requisitos que deben contener, las facturas se pueden clasificar en:
- Facturas completas, que ha de cumplir con todos los requisitos estipulados por la ley.
- Facturas simplificadas, en la que figuran una serie de datos mínimos. Este tipo de facturas sólo se permite en determinados casos y para importes inferiores a 400 euros o 3.000 euros, en función del sector.
Por otro lado, en función de su valor, podemos distinguir entre:
- Factura proforma. Una factura proforma es una especie de borrador que suele utilizarse para detallar las condiciones de una oferta comercial. Es frecuente en comercio internacional, para informar al comprador de la mercancía a recibir.
- Copia de factura. Toda factura original debe ser emitida y entregada al receptor o cliente, quedándose el emisor con una copia que le permita documentar la operación. Dicha copia debe reflejar los mismos datos que el documento original. En ella debe aparecer el término “copia”, para distinguirla y dejar constancia de que no se trata de la factura original.
- Duplicado de factura. Los duplicados de facturas pueden utilizar en diversas situaciones:
- Cuando existen varios receptores a los que hay que hacer entrega de la misma factura
- En el supuesto de que el cliente o receptor de la factura extravíe la factura original.
En ambos casos será el emisor quien debe emitir el duplicado de factura, que vendrá a sustituir a la original en caso de pérdida. Este documento ha de contener los mismos datos que la factura original y debe indicar claramente que se trata de un duplicado.
También se pueden diferenciar las facturas en función del soporte y tratamiento:
- Factura tradicional, aquella impresa en papel y entregada en mano o por medio de correo postal.
- Factura electrónica. Las nuevas tecnologías han originado un nuevo modelo de factura que se expide y transmite a través de formato electrónico. Este documento, que debe cumplir los mismos requisitos que una factura tradicional, permite una gestión más segura, económica y eficaz que la tradicional. Existen en el mercado diferentes software que te ayudarán a emitir tus facturas electrónicas de forma rápida y sencilla.
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