¿Cómo influyen las habilidades personales en una organización?
Las habilidades personales son un activo de inestimable valor para las empresas. Siempre y cuando se sepa sacar partido de ellas mediante una gestión orientada a ello y un adecuado plan que potencie su desarrollo, las habilidades personales serán una eficaz herramienta para el incremento de la productividad empresarial. El incremento productivo y, en general, la buena marcha de la empresa, idealmente se producirá dentro de un contexto de satisfacción laboral también para el empleado, ya que puede desarrollar su eficacia profesional y aprovecharla para conciliar mejor su vida familiar y laboral.
Las habilidades que fomentan la productividad
Independientemente de su tamaño y sector, el valor de las organizaciones depende en gran medida de los recursos humanos, un activo intangible que tiene un valor estratégico decisivo para consecución de los objetivos. Las empresas cada vez valoran más las habilidades personales en sus empleados y, de hecho, a la hora de seleccionar nuevos trabajadores cada vez se tienen más en cuenta estos rasgos como complemento de la preparación académica y de la experiencia. Si las habilidades personales pueden considerarse un activo empresarial, algunas en particular serán de gran ayuda para la buena marcha de la empresa:
- Las habilidades para el liderazgo: Las habilidades personales para el liderazgo y la dirección son otro aspecto capital que afecta a la productividad de la empresa y, en definitiva, a la consecución de objetivos y metas.
- Las habilidades para la negociación: La organización se beneficiará enormemente potenciando las habilidades personales para una mejor capacitación negociadora.
- Creatividad y capacidad de improvisación: En algunos puestos es una habilidad personal necesaria, y en otros otorga un plus al conocimiento y experiencia en el desarrollo de nuestro cometido.
- Habilidades para afrontar nuevos retos: Otorgan una imagen de profesionalidad y eficacia en el trabajador y, por extensión, también en el departamento y la empresa en su conjunto.
- Manejo del tiempo y el estrés: El desarrollo de habilidades personales que nos ayuden a manejar el tiempo y el estrés se traducirán en una mayor eficacia a la hora de trabajar por un objetivo, de perserverar para resolver problemas y de autoorganizarnos a la hora de distribuir el trabajo.
La importancia de las habilidades sociales
Las habilidades sociales son claves para un óptimo desempeño de las tareas en determinados puestos de trabajo. Resultan decisivas, por ejemplo, para el logro de negociaciones exitosas, en puestos con una clara orientación al cliente o, por ejemplo, en aquellos vinculados al trabajo en equipo. Más allá de la necesidad de tener y desarrollar habilidades sociales en puestos de trabajo específicos, toda empresa se beneficia cuando cuenta con trabajadores que demuestren tener inteligencia emocional, entendida como esa capacidad de expresarse y relacionarse adecuadamente con los demás, así como de ser flexibles ante posibles cambios. El buen clima laboral, factor determinante a la hora de mejorar la productividad, será más fácil de conseguir si el personal destaca por sus destrezas en este aspecto. En tiempos de crisis, además, la inteligencia emocional facilitará las adaptaciones a cambios que puedan producirse en función de las distintas necesidades de la empresa. Aunque no todos los puestos requieren las mismas capacidades sociales, el optimismo, la implicación, el espíritu de mejora continua, la autoconfianza, saber asumir riesgos controlados o el compromiso son otras características personales que ayudan a mejorar del desempeño de cualquier puesto, independientemente del sector. No en vano, personas, procesos y productividad van unidos. En este contexto, las habilidades personales hacen posible cosechar pequeños y grandes éxitos, optimizar procesos y, con ello, mejorar la productividad y los resultados empresariales en general.
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