Indemnización por despido improcedente y el IRPF
Cuando un trabajador es despedido sin una causa justificada, puede reclamar una indemnización por despido improcedente. Esta indemnización tiene un importe determinado por la ley y se calcula en función de los años trabajados en la empresa. Sin embargo, ¿cómo afecta el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a la indemnización por despido improcedente? En este artículo, analizaremos todo lo que necesitas saber sobre este tema.
Antes de la última reforma fiscal, en vigor desde el mes de agosto del 2014, las indemnizaciones por despido improcedente estaban exentas del pago del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), pero ahora deben tributar como rentas del trabajo, por considerarse un rendimiento laboral. Sin embargo, no todo son malas noticias para el trabajador, pues si bien existe la obligación de tributar, la exención fiscal se establece a partir de una cantidad elevada que exonera del pago en la gran mayoría de casos. Establecer un límite elevado para la exención del pago del IRPF ha supuesto un alivio para esa misma mayoría de trabajadores, pues la medida se aprobó con posterioridad a la modificación a la baja de las indemnizaciones por despido improcedente. Recordemos que se produjo una reducción de la cuantía de la indemnización operada por el Real Decreto Ley 3/2012, de 10 de febrero, que frente a los 45 días de salario por año de servicio, limitado a 42 mensualidades si el contrato fue formalizado con fecha anterior al 12 de febrero de 2012, establecía, a partir ésta establece una indemnización por 33 días de salario por año, con el límite de 24 mensualidades. De este modo, si por un lado están disminuyendo los importes que se perciben tras declararse una improcedencia del despido, por otro existe el deber de tributar, pues no dejan de ser ganancias laborales, si bien la normativa reguladora del IRPF establece excepciones a partir de unas determinadas cantidades que exime al 99,9 por ciento de las potenciales indemnizaciones.
Indemnización por despido improcedente
Cuando un trabajador es despedido de manera improcedente, tiene derecho a reclamar una indemnización que compensa la pérdida de su empleo. La cantidad de esta indemnización se determina en función del tiempo que el trabajador ha estado en la empresa y de su salario. La ley establece unos límites para el cálculo de la indemnización, que varían según la antigüedad del trabajador en la empresa.
El cálculo de la indemnización por despido improcedente se realiza de la siguiente manera: se multiplica el número de años trabajados en la empresa por una cantidad determinada, que varía según el tipo de contrato (temporal o indefinido). Este resultado se multiplica a su vez por el salario diario del trabajador, y se obtiene así el importe total de la indemnización.
El importe máximo de la indemnización por despido improcedente en 2023 es de 33 días por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades. Es decir, si un trabajador con un contrato indefinido y una antigüedad de 10 años es despedido de manera improcedente, su indemnización sería de 10 x 33 días x salario diario. En cualquier caso, el importe total de la indemnización no puede superar las 24 mensualidades.
Implicaciones fiscales de la indemnización por despido improcedente
Ahora bien, ¿cómo afecta el IRPF a la indemnización por despido improcedente? La respuesta es sencilla: la indemnización por despido improcedente tributa en el IRPF como rendimiento del trabajo. Esto significa que el trabajador deberá incluir la indemnización en su declaración de la renta y pagar el impuesto correspondiente.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la indemnización por despido improcedente cuenta con una reducción fiscal en el IRPF. Esta reducción está regulada por la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y se aplica a todas las indemnizaciones por despido improcedente, independientemente de la causa del despido.
Indemnización con exención hasta los 180.000 euros
Son estos límites los que ha modificado el gobierno, estableciendo finalmente el límite de una indemnización por despido exento en 180.000 euros, una cantidad que exime a casi la totalidad (99,9 por ciento) de las potenciales indemnizaciones. Por lo tanto, únicamente tributarán las indemnizaciones por despido improcedente superiores a esos 180.000 euros, al margen de la antigüedad, aunque hay que tener en cuenta que la nueva regulación no se aplicará a los despidos anteriores al 1 de agosto de 2014. Si superan esta cantidad, el exceso sujeto a tributación también podrá beneficiarse de una reducción de un 30 por ciento si se cobran de forma aplazada por tratarse de un rendimiento obtenido de forma irregular, incluso en el caso de que se cobre fraccionando el pago en varios años, independientemente de que intervenga en el pago el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
En otras palabras, la reducción fiscal de la indemnización por despido improcedente es del 30%, con un límite de 180.000 euros. Es decir, si un trabajador recibe una indemnización por despido improcedente de 100.000 euros, podrá aplicar una reducción fiscal del 30%, lo que significa que solo tendrá que tributar por 70.000 euros en el IRPF.
Indemnizaciones y el Impuesto sobre el Patrimonio
Por otro lado, es importante tener en cuenta que la indemnización por despido improcedente también puede tener implicaciones fiscales en el Impuesto sobre el Patrimonio (IP). Si el trabajador recibe una indemnización por despido improcedente y la invierte en bienes patrimoniales, como acciones o bienes inmuebles, estos bienes estarán sujetos al Impuesto sobre el Patrimonio.
Por tanto, es importante que el trabajador tenga en cuenta estas implicaciones fiscales antes de decidir qué hacer con la indemnización por despido improcedente.
¿Cómo declarar la indemnización por despido improcedente en la declaración de la renta?
Para declarar la indemnización por despido improcedente en la declaración de la renta, el trabajador debe seguir los siguientes pasos:
- Incluir la indemnización en la casilla correspondiente en el apartado de rendimientos del trabajo. Es importante tener en cuenta que la indemnización debe incluirse como un rendimiento íntegro, es decir, sin aplicar la reducción fiscal del 30%.
- Aplicar la reducción fiscal correspondiente. Para ello, el trabajador debe restar el importe de la reducción fiscal del 30% al importe de la indemnización que ha declarado en la casilla correspondiente.
- Incluir el importe de la indemnización después de aplicar la reducción fiscal en la casilla correspondiente del apartado de rendimientos del trabajo. Es decir, el trabajador debe incluir el importe de la indemnización después de aplicar la reducción fiscal del 30%.
- En caso de que el trabajador haya invertido la indemnización en bienes patrimoniales, debe incluir el valor de estos bienes en la declaración del Impuesto sobre el Patrimonio.
Conclusiones
La indemnización por despido improcedente es un derecho que tienen los trabajadores que son despedidos sin una causa justificada. Esta indemnización tiene un importe determinado por la ley y se calcula en función de los años trabajados en la empresa.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la indemnización por despido improcedente tributa en el IRPF como rendimiento del trabajo. A pesar de ello, cuenta con una reducción fiscal del 30%, con un límite de 180.000 euros. Además, la indemnización por despido improcedente también puede tener implicaciones fiscales en el Impuesto sobre el Patrimonio.
Por tanto, es importante que los trabajadores tengan en cuenta estas implicaciones fiscales antes de decidir qué hacer con la indemnización por despido improcedente.
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