La retribución como clave del éxito en las empresas familiares
Las retribuciones son un aspecto clave a tener en cuenta para el buen funcionamiento de la empresa familiar. Fijar unos salarios y adaptarlos al nivel de responsabilidades de los socios y empleados es una medida básica que no siempre se cumple, pero que puede hacer una gran diferencia a la hora de determinar el éxito o fracaso del negocio. Las empresas familiares exitosas contemplan el negocio desde un enfoque profesional, buscando la rentabilidad no sólo a través de los productos o servicios que desarrollan, sino también en la misma institucionalización de su organización. Sobre todo en los inicios, el área de los salarios y otros tipos de remuneración deben contemplarse dentro de una política que busque los beneficios fiscales, por lo que percibir un sueldo puede ser más conveniente desde un punto de vista económico que renunciar a él.
Una política clara y equitativa
La política equitativa de sueldos y compensaciones evitará conflictos y ayudará a crear un mayor sentimiento de pertenencia y compromiso, con lo que se superarán los mediocres resultados que consiguen criterios guiados fundamentalmente por la afectividad, según la firma Salles Sainz Grant Thomton. Establecer una política clara de retribuciones para familiares y personal, preferiblemente por escrito, requiere partir de unas normas fundamentales de justicia salarial, que nada tiene que ver con la igualdad, sino con un concepto equitativo que ha de sumarse a una serie de pautas, fundamentalmente las siguientes:
- Equidad: pagar a cada empleado según le corresponda por responsabilidades, sea o no familiar.
- Competitividad: establecer una política de salarios en función de las posibilidades reales de la empresa.
- Reconocimiento de logros: retribuir las aportaciones individuales que merecen un reconocimiento.
La compensación económica llevada a cabo a través de unos canales claros y equitativos ayudará a controlar gastos, atraer talento y a prevenir disputas que mermarían la capacidad operativa de la empresa, manteniéndola así más centrada en su fin. "Es indispensable establecer las reglas para que la empresa, dentro de sus posibilidades, pueda satisfacer todas las necesidades de la familia propietaria y sus miembros. Una de las partes fundamentales, sin duda, es la compensación económica", dice Mario Rizo, socio de la consultora. A su vez, Rizo apunta la conveniencia de establecer políticas de retribución claras para evitar además que las futuras generaciones sangren el negocio. "En general, las empresas de tercera generación con frecuencia se llenan de familiares con grandes expectativas económicas, hecho que puede afectar al buen funcionamiento de la empresa familiar", concluye.
Retribución y rendimiento
Exigir resultados en función de esas competencias asignadas forma parte de la labor de control que exige un buen cumplimiento de la política de retribución. Según estudios realizados por el profesor John L. Ward en Estados Unidos, uno de los principales problemas de la empresa familiar es el sacrificio de la efectividad por la afectividad. Según recomienda el experto, se debe actuar de acuerdo a las características del puesto y no en relación al vínculo familiar que pueda existir entre los miembros de la empresa. Del mismo modo que la política retributiva busca la profesionalización de la corporación, el desempeño de las funciones laborales ha de realizarse con responsabilidad y rigor. Las responsabilidades de cada puesto, por lo tanto, han de seguir parámetros claros que también se especificarán por escrito, incluyendo las competencias y rendimiento esperado de puestos gerenciales. En este sentido, las capacidades de liderazgo y preparación habrán de ser tenidas en cuenta a la hora de establecer competencias y retribuciones.
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