Desarrolla tus habilidades directivas para delegar responsabilidades
Uno de los grandes errores que cometen muchos empresarios, es querer hacerse cargo de todas y cada una de las tareas relacionadas con la gestión y administración de su negocio y no delegar ciertas funciones y responsabilidades entre sus trabajadores. Intentar acaparar todo es una cuestión imposible, además de perjudicial para tu salud física y mental, así como para la de tu empresa. Debes ser realista y asumir que necesitas confiar la realización de ciertas tareas para poder centrarte en aquellas más importes y disponer de un poco de tiempo libre. Entonces ¿Por qué no lo haces? Muchos empresarios no delegan responsabilidades porque piensan que sus trabajadores pueden sentirse molestos al encomendarles otras funciones. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Cuando delegas responsabilidades estás demostrando a los miembros de tu equipo que confías en ellos, en sus capacidades. Esta confianza suele ser recompensada con una mayor implicación y motivación por parte de tus trabajadores. Sin embargo, para que la delegación de responsabilidades sea eficaz, es preciso desarrollar ciertas habilidades directivas, como la capacidad de comunicarte de manera asertiva o de tomar decisiones acertadas.
Consejos para delegar responsabilidades de manera eficiente
Delegar responsabilidades no significa distribuir tareas nuevas a los demás. Delegar responsabilidades, supone confiar en aquellas personas en las que delegas y dejarlas actuar con cierta autonomía y libertad. Sin embargo, si no se tienen en cuenta ciertas recomendaciones, podrías arrepentirte, tarde o temprano, de haber confiado estas funciones a los demás. Para que esto no ocurra, es conveniente que siguas los siguientes consejos:
- Selecciona a la persona adecuada para cada función. No todo el mundo está preparado para desarrollar cualquier función. Cada persona destaca en algún tipo de habilidad, sólo tienes que descubrir cuál es y asignarle a cada uno aquellas funciones que sepan ejecutar de manera eficiente. Ten cuidado con asignar tareas a unos sí y a otros no, esto podría crear conflictos entre los miembros del equipo. En ocasiones, lo más conveniente es asignarles a todos alguna responsabilidad, por pequeña que pueda parecer.
- Ofrece toda la información necesaria. La comunicación es clave para que la otra persona pueda hacerse cargo de sus nuevas funciones de manera eficaz. La falta de información o una deficiente comunicación, puede dar lugar a errores.
- Proporciona a los trabajadores los recursos necesarios. Es importante que tus trabajadores dispongan de todos los materiales y herramientas necesarias para poder desempeñar las nuevas funciones encomendadas de manera eficaz.
- Delega, no repartas tareas. Como se ha comentado antes, delegar equivale a conceder cierta libertad y responsabilidad. No valen medias tintas pues no será efectivo. De nada servirá ofrecerle la responsabilidad de un proyecto a uno de tus trabajadores si luego estas constantemente encima de él y no le dejas llevarlo a cabo a su manera. Una cosa es estar presente durante el proceso y otra muy distinta intentar controlarlo todo.
- Apoya a la persona siempre que lo necesite. Conceder autonomía y libertad para desempeñar las responsabilidades encomendadas no equivale a despreocuparse de esas funciones ni de esa persona. Un buen líder que sabe delegar, también sabe ofrecer y proporcionar la ayuda necesaria en cada momento. Debes realizar un seguimiento rutinario, en especial al principio, hasta asegurarte que la persona ha comprendido bien sus nuevos cometidos y sabe cómo debe realizarlos, y ofrecer asesoramiento cuando te sea solicitado.
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