Cuatro razones por las que merece la pena ser optimista en el trabajo
¿Sabías que los trabajadores españoles son los más optimistas de Europa? No lo decimos nosotros, sino el último estudio internacional Randstad Workmonitor de Randstad, llevado a cabo analizando más de 15.000 encuestas realizadas a profesionales ocupados en 32 países. Según los datos del estudio, el 88% de los trabajadores de nuestro país prevé que la situación económica mejore durante este año, mientras que la media europea se sitúa en el 56%. Teniendo en cuenta todos los beneficios que tiene ser optimista, esto es una estupenda noticia para nuestro país. Para convencerte de la importancia de la positividad, hoy vamos a darte cuatro razones por las que merece la pena ser optimista en el trabajo. ¿Nos acompañas?
Nos permite lidiar con las dificultades
Una de las grandes ventajas de ser optimista en el trabajo es que esta actitud nos permite afrontar las dificultades con perseverancia y afrontar cualquier tipo de adversidad con resiliencia, que es la capacidad que las personas tienen para superar circunstancias traumáticas. Esto es posible gracias a que el optimismo es sinónimo de empatía, actividad e inteligencia emocional. Por tanto, si eres optimista en el trabajo, serás más creativo y no te ahogarás en un vaso de agua. Dicho de otra manera, podrás ver los problemas como desafíos y oportunidades.
Nos permite ser más productivos
También es importante tener en cuenta que si eres optimista lo tendrás más fácil a la hora de lograr tus objetivos. Esto es posible porque la positividad nos hace encarar el trabajo con una mayor motivación y estar más comprometidos con la empresa. Además, las personas optimistas logran entrar en un estado de plena actividad, con un alto nivel de concentración. Todo ello se traduce en una mayor productividad. Así, el optimismo pasa a ser la causa del éxito en lugar de la consecuencia.
Nos ayuda a avanzar en nuestra carrera profesional
El hecho de ser más productivos y de lidiar mejor con las dificultades nos facilita el crecimiento profesional tanto dentro de la empresa como fuera de ella. Y es que no hay que olvidar que los trabajadores optimistas también son perseverantes y flexibles, adaptándose mucho mejor a los cambios y a nuevos aprendizajes. Además, confían más en sus capacidades y habilidades; son conscientes de sus debilidades, trabajando para mejorarlas; y maximizan sus fortalezas.
Nos ayuda a estar más sanos
Por último, es importante tener en cuenta que los trabajadores optimistas cuentan con una mejor salud. Lo sabemos gracias a estudios científicos como el que la Harvard School of Public Health publicó hace unos años, asegurando que el pensamiento positivo está relacionado con el menor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. Esto se debe, entre otras cosas, a que el optimismo ayuda a manejar el estrés de forma eficaz, contribuyendo a tener una buena vida emocional. Por eso, el pensamiento positivo es la mejor solución para combatir la depresión, un trastorno mental que hoy en día es una auténtica epidemia en las empresas.
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