Costes fijos de una empresa
Cuando un empresario dirige una empresa o un emprendedor monta un negocio, no solo debe fijarse en el nivel de ventas ya que, este dato no identifica el beneficio en sí mismo. Los ingresos siempre deben estar en relación con los gastos. Pueden ser de distinto tipo. Algunos son variables y dependen de la propia actividad de la entidad.
Por el contrario, los costes fijos son aquellos que la entidad mantiene cada mes, tanto cuando los resultados comerciales han superado las expectativas previas, como cuando ocurre la situación opuesta. Desde el punto de vista de las finanzas, es muy importante que una entidad conozca cuáles son estas cifras que forman parte de su realidad. Este análisis siempre debe contextualizarse en el marco concreto del caso particular porque la realidad de un negocio no se identifica con la de otro. A continuación, enumeramos algunos ejemplos de gastos que pueden agruparse en este concepto.
Alquiler del local
Aquellos emprendimientos que quedan vinculados a un contrato de alquiler deben considerar cuál es el precio mensual del mismo. Otra fórmula habitual es la compra de un local en propiedad. Cuando el responsable ha solicitado un préstamo para adquirirlo, también cuenta con el coste fijo derivado de la firma de este acuerdo.
Salarios del personal en plantilla
Hasta el momento en el que no se produce una variación en el número de empleados contratados, la cantidad de dinero destinado al pago de los sueldos es una inversión necesaria para el desarrollo de la productividad. El salario de cada empleado sigue siendo el mismo cada mes. Algunos gastos de este tipo también puede ser variables cuando el incremento de mano de obra queda vinculado al factor estacional de un periodo con mayor previsión de trabajo. Por ejemplo, durante las vacaciones o en fines de semana.
Servicios esenciales en el negocio
Además de identificar los posibles costes fijos que están vinculados con la compra o el alquiler de un local en el que la empresa desarrolla su actividad habitual, también es posible ampliar esta perspectiva a través del pago de otros servicios unidos a este espacio y que son básicos para el ejercicio de la actividad principal de la entidad. Por ejemplo, los gastos de telefonía. Cada responsable puede ampliar esta lista mediante el análisis de su propia situación.
Por tanto, una empresa no solo hace frente a los gastos fijos sino también a aquellas cantidades que se agrupan en el tipo de coste variable. En este segundo caso, las cifras varían en función de la actividad. Pero no ocurre lo mismo con los gastos fijos. Reducir este tipo de pagos es especialmente recomendable para potenciar el ahorro, sin embargo, este objetivo resulta complejo por tratarse de aspectos principales para el desarrollo de la actividad. Por ejemplo, la contratación de los correspondientes seguros es un apartado esencial para reforzar la seguridad en el local. Cada empresa debe analizar no solo el tipo de gasto, sino también, cuál es la naturaleza del mismo para acotarlo en el contexto adecuado.
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