Cómo incorporar perfiles ajenos a la familia

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Para que el proceso de incorporación de profesionales externos en la empresa familiar llegue a buen puerto, existe un conjunto de compromisos que tanto el núcleo familiar propietario de la compañía y el directivo deben asumir.

Beneficios y dificultades

La incorporación de profesionales ajenos a la familia en la dirección suele ser beneficiosa porque aporta un punto de vista fresco y una experiencia de la que la familia suele carecer. Estos profesionales suelen venir de otras empresas, donde han visto y aplicado tácticas y maneras de trabajar de las que la empresa puede beneficiarse además de que han adquirido otra visión del negocio porque se han formado fuera del seno familiar. Sin embargo, es difícil encontrar profesionales dispuestos a desarrollar su carrera en una empresa familiar, pues en ocasiones se trata de un proceso traumático y complejo. El directivo que proviene de fuera suele observar cómo las opiniones de personas a veces menos formadas que las suyas tienen un trato preferente por provenir de un miembro de la familia. Además, las posibilidades de desarrollo profesional son más escasas, ya que los puestos más altos siempre estarán ocupados por los propietarios.

 

 

Comprometerse para tener éxito

Por ello, los propietarios de la compañía deben comprometerse en una serie de ámbitos que faciliten la incorporación del profesional externo, creen un clima de trabajo constructivo y le permitan compensar esa serie de desventajas con las que cuenta de partida. El dueño de la empresa familiar debe ser consciente de que se van a producir cambios que van a desembocar en un menor protagonismo propio dentro de la gestión diaria de la empresa, y para ello debe mostrar paciencia y una actitud positiva hacia el cambio que debe proyectar al resto de la empresa. Debe convertirse en el facilitador. Por otro lado, el directivo externo que se integra en la empresa familiar debe asumir que entra, en la mayoría de los casos, en un entorno con bastante resistencia al cambio, con un alto grado de información no oficial (relaciones personales, histórico de acontecimientos dentro de la empresa…), con apego a las tradiciones (“esto siempre se ha hecho así…”) y con condicionantes societarios.

En la práctica

Algunos de los compromisos que debe adoptar el empresario son:

  • Asumir pérdida de parcelas de poder y delegar: el empresario debe estar dispuesto a que sea otra persona quien tome las decisiones en un área determinada, y debe saber enfocarse hacia áreas donde aportará mucho más valor.
  • Apertura de mente: entender que existen diferentes maneras de hacer las cosas, no sólo la suya, y que se debe limitar a valorar los resultados y no bajar a detalle en los temas referentes a cada área, sino pedir resultados al responsable de esa área y juzgar el desempeño, no la manera de hacer las cosas.
  • Construir relaciones más profesionales y menos personales: en muchas ocasiones, las relaciones con los trabajadores se basan más en vínculos emocionales. Esto puede ser beneficioso en muchos casos, pero también peligroso cuando se requiere disciplina y rigor ya que puede existir confusión entre el límite de la amistad y la relación laboral.

 


Fuente imagen: Flickr / Nina Matthews 

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