Cinco maneras de evitar conflictos en las empresas familiares
Los conflictos en las empresas familiares son algo habitual, pero no por ello han de resultar inevitables ni mucho menos hemos de tirar la toalla a la hora de intentar evitarlos. Su prevención pasa, fundamentalmente, por el establecimiento de un protocolo familiar que lime asperezas al establecer una serie de principios básicos de convivencia y funcionamiento del negocio.
Para que las relaciones personales, los intereses particulares, las guerras de poder, los celos y resentimientos, la entrada de nuevos socios, o el mismo protocolo familiar no acaben siendo motivo de discusión permanente, los cinco consejos que siguen ayudarán a anticiparse a los problemas, en lugar que tener que trabajar una vez que se presenten:
- Reglas claras: Si bien el negocio es un proyecto familiar, y ello es debe considerarse como una característica distintiva, su funcionamiento no debe dejarse contagiar por la espontaneidad. Establecer reglas claras para desvincularlo de lazos personales significa que los socios de la empresa y familiares han de sentirse cómodos, pero no como en casa, sino en el marco de la empresa en la que se procede con transparencia y se toman decisiones de una forma predeterminada.
- Asesoría económica y legal: El asesoramiento profesional a la hora de administrar los recursos económicos por parte de terceros puede resultar tan conveniente para la marcha del negocio como para un entorno armónico. En el terreno legal, adoptar medidas preventivas en torno a temas críticos como la planificación de la sucesión o delimitar el trabajo que desempeñará cada miembro de las familia también ayudará a prevenir problemas.
- Definir roles y cometidos: Una forma de definir roles y cometidos es precisamente detallando funciones y responsabilidades, una fórmula sencilla y no conflictiva de separar lazos familiares y laborales.
- Ser justos e igualitarios: Decidir los sueldos suele ser una fuente de problemas, así como las manifiestas preferencias o prebendas. Hacer que los salarios y prestaciones sean acordes con criterios utilizados para el resto de los trabajadores, es decir, teniendo en cuenta el puesto, desempeño y antigüedad en el mismo, será un gran paso preventivo.
- Un protocolo adaptado: La eficacia del Protocolo Familiar para evitar y resolver conflictos dependerá de su adopción de forma responsable, así como de la elaboración teniendo en cuenta la realidad de cada empresa. También puede elaborarse un documento conjunto que sirva de hoja de ruta para el rumbo que tomará la empresa y resulte útil cuando se produzca un conflicto relacionado con alguna de las cuestiones en él se traten.
La mejor manera de gestionar los conflictos en las empresas familiares es previniendo desavenencias. Sin embargo, no hay métodos de prevención infalibles. Tampoco serán mejores unos que otros a priori. Cada empresa familiar tiene unas características y sus miembros una cultura, unos u otros valores inculcados. Si no se toman medidas como las señaladas, esas particularidades finalmente se traducirán en una serie de conflictos recurrentes que minarán las relaciones personales y perjudicarán a la empresa, llegando incluso a propiciar su desaparición. Así, con el objetivo de minimizar los posibles conflictos y evitar males mayores, es importante adelantarse a los problemas creando reglas que ayuden a la buena marcha del negocio y sean equitativas, si bien nunca prevendremos los conflictos al 100%. Minimizarlos, eso sí, puede hacer una gran diferencia en el día a día, de cara a su funcionamiento, buen ambiente de trabajo y también en lo que respecta a la misma supervivencia de la empresa.
Fuente imagen: Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net
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