Casos de éxito en las empresas familiares. Cuando la máquina funciona a la perfección
Cada empresa familiar es un microentorno con características especiales que la hacen única. Tanto la preparación individual de los miembros de la familia como la relación y los vínculos que desarrollan en el seno del negocio familiar hacen que cada compañía tenga una visión única del mundo y mantenga una cultura distintiva. Por ello, que una empresa familiar tenga éxito no implica que su modelo pueda ser exportable a otras organizaciones similares en negocio o en tamaño. No obstante, revisando estos casos de éxito se pueden extraer valiosas lecciones que servirán a quienes se encuentren en situaciones parecidas.
Nutrexpa y la adaptación de producto al mercado local
Esta compañía familiar española decidió establecerse en China en 1985 y desde el momento en que tomó esta decisión ha tenido que esforzarse en adaptarse a un mercado que contaba con dos inconvenientes muy claros: por un lado, una cultura alejada de los productos lácteos y por otro un consumidor que no es fiel a las marcas. Para conseguir el éxito del que disfruta dos décadas después, ha tenido que realizar fuertes inversiones publicitarias y sobre todo adaptarse al gusto local, lo que ha derivado en una ampliación de su oferta de productos. Nutrexpa no tuvo inconveniente en trasformar el tradicional Cola Cao en un producto con sabor a fresa, ni en cambiarle el nombre para conseguir una percepción de cercanía con la cerrada sociedad china.
Barrabés y su visión de futuro
Se trata de un caso paradigmático de cómo el comercio electrónico puede hacer evolucionar a una empresa familiar. De una pequeña tienda de montaña en un pueblecito de Huesca, esta compañía ha pasado a convertirse en una de las principales consultoras tecnológicas de nuestro país. Gracias al éxito de su tienda online, que permitía mantener bajos costes y realizar inversiones sensatas, los hermanos Barrabés pudieron acumular una experiencia en un floreciente negocio que les ha servido para diversificar su negocio hacia un camino que nunca hubieran sospechado, el de la asesoría tecnológica. La lección extraída de un caso como este lleva a pensar que hay que mantener los ojos bien abiertos, pues la oportunidad de crecer pueden encontrarse en cualquier lugar inesperado.
Luxener, la unión de un cazador y una diseñadora
No tienen inversores externos, pero consiguen vender sus joyas en más de treinta países. Esto es posible gracias a una estrategia en la que la calidad no está reñida con el precio. Una de sus decisiones más difíciles fue dejar de trabajar el oro, por su connotación de dinero y poder. Su visión era la de conseguir joyas bellas pero al mismo tiempo accesibles. Tuvieron que establecer un plan de futuro para bajar los costes sin que eso supusiera disminuir la calidad, algo que les costó mucho. Así, el trabajo duro y las decisiones acertadas han llevado a esta marca a producir medio millón de joyas cada año.
Fuente imagen: Flickr / epsos.de
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