Financiación no bancaria para emprendedores
Las soluciones financieras a las que pueden optar emprendedores y empresas no se reducen, ni mucho menos, a la red bancaria, aunque sigue siendo la opción a la que antes se recurre y también la más habitual. Conscientes de las trabas que ponen las entidades bancarias a la hora de conceder préstamos, -especialmente en los últimos años, aunque ya en menor medida-, las pymes y emprendedores buscan otras maneras de acceder a los recursos financieros. El acceso a la financiación nunca es fácil, qué duda cabe, sobre todo cuando se vive una situación difícil o, por ejemplo, se pretende iniciar un negocio, pero también es cierto que hoy existen más opciones que nunca fuera del sistema convencional, esencialmente el bancario. Lo recomendable, en última instancia, no es tanto elegir entre soluciones bancarias o extra bancarias per se, sino simplemente optar por la fórmula que más nos convenga a partir de un detallado estudio de las distintas posibilidades de financiación. Se trata, en suma, de aprovechar las distintas posibilidades de financiación, sin descartar ninguna a priori, para así conseguir una solución financiera más favorable.
La financiación pública
Si bien los préstamos subvencionados de líneas de crédito oficiales, como las líneas IO de créditos blandos, se gestionan a través de las entidades bancarias, en realidad es un tipo de financiación pública a la que podemos acceder si cumplimos con los requisitos necesarios. Estos préstamos subvencionados abarcan diferentes líneas de financiación pública para pymes y los ofertan distintos organismos en el ámbito autonómico, estatal y europeo. Lógicamente, tanto su tipología como sus condiciones pueden variar de un año a otro, por lo que será clave estar informados al respecto.
Los fondos de capital de riesgo y el crowfunding
El crowdfunding es un crédito alternativo, basado en la participación de los inversores. Son muchas las plataformas de financiación participativa que ayudan a la financiación de proyectos mediante la captación de inversores que lo hacen a cambio de un interés, desinteresadamente o, entre otras posibilidades, a cambio de obtener ventajas a la hora de adquirir el producto para el que se piden aportaciones. Los préstamos participativos son una efectiva modalidad a medio camino entre préstamo tradicional y el capital social. Además del cobro de un interés, el banco o la entidad prestamista participa en los beneficios de un determinado proyecto. Los fondos de capital de riesgo pueden ser otra solución interesante para empresas que están naciendo y que, por lo tanto, no tienen la confiabilidad de las empresas que tienen una trayectoria. Los inversionistas confirán en empresas que resulten atractivas por su potencial de crecimiento o su modelo innovador.
Reunificadoras privadas
Si no llegamos a un acuerdo con la entidad bancaria para reunificar deudas, las reunificadoras privadas son una opción. Sin embargo, por muy desesperada que sea nuestra situación es necesario estudiar con lupa las condiciones, pues será una alternativa con mayores riesgos y comisiones. Aunque recurrir a un asesoramiento experto aumentará los costes de la operación, no hacerlo podría acabar agravando todavía más el problema.
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