Conflictos en las pymes: ¿arbitraje o juicio?

Arbitraje empresarial o juicio
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Las disputas forman parte de la realidad cotidiana de las empresas, en especial los conflictos de carácter comercial y contractual, -sobre todo por incumplimiento de contrato-, cuya salida requiere elegir entre distintos procedimientos o mecanismos de solución. Se puede escoger entre la solución amigable de la mediación, el arbitraje u optar por la tradicional vía judicial. Rapidez, confidencialidad y un menor coste son las ventajas que suelen asociarse a los procesos de arbitraje, mecanismo alternativo a la justicia ordinaria en el que un tercero experto, el árbitro, resuelve el conflicto dictando un laudo a modo de sentencia. Además, frente a los largos procesos judiciales, que suelen demorarse varios años, el laudo se emite en un plazo máximo de seis meses y, a diferencia de la mediación, éste es de obligado cumplimiento. Equivale a una sentencia firme y no cabe recurso contra la resolución arbitral.

 

El dilema

Una vez descartada o fracasada la mediación, método basado en la figura de un mediador imparcial que busca agilizar la negociación entre las partes, la opción será el procedimiento litigioso, en su versión judicial o arbitral. Hemos de decidir si nos conviene el arbitraje o acudir a los tribunales, lo que implica valorar los pros y los contras de ambas opciones para intentar obtener la mejor defensa de nuestros derechos.

Pros y contras

"Más que el tiempo, lo importante en el arbitraje es la dedicación especializada, explica Gonzalo Stampa, abogado, árbitro y secretario de Tribunales Arbitrales con una dilatada experiencia. Según la Asociación Europea de Arbitraje (AEADE), todo son ventajas. "Aportan tranquilidad y confianza: tranquilidad para poder hacer negocios con la garantía de una solución rápida y ágil en el caso que hubiera problemas en ese contrato", dijo Javier Iscar de Hoyos, secretario general de la entidad, con motivo de la celebración de su 14 aniversario, durante un acto donde la asociación también presentó su nueva identidad corporativa. Durante su ya larga trayectoria, la AEADE ha hecho énfasis en las ventajas de esta figura y su conveniencia para las pymes, animando a los empresarios a incluirla en sus contratos comerciales. Según Hoyos, el arbitraje "permite a las pymes reducir los plazos de resolución y ahorrarse hasta un 50% de los costes de un juicio por vía ordinaria". Pero no todo son ventajas. Uno de los principales problemas del arbitraje es la desconfianza. "El franquiciador que lo incluyen en una cláusula provoca desconfianza en el franquiciado e incluso puede verse como una medida de presión, como si quisiera advertirse que no a a ser fácil reclamarle", advierte Almudena Mendoza, letrada de la Asociación de Defensa del Franquiciado. Por otra parte, el coste del arbitraje debe valorarse en función de cada caso. Teniendo en cuenta su rapidez, el monto total suele ser mucho menor que el de un juicio, si bien el costo para iniciarlo es superior al de una demanda. A su vez, una decisión más rápida y no apelable puede influir a la hora de valorar el coste. Por último, no ofrecer la posibilidad de recurrir ni de elegir un árbitro concreto son otros de los inconvenientes.   

 Fuente imagen: Cooldesign / FreeDigitalPhotos.net

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