Guatemala como país emergente
¿Puede hablarse de Guatemala como país emergente? Realmente, todavía es pronto para incluir a esta nación en el grupo de países con el potencial de crecimiento necesario para atraer la inversión. Sin embargo, quizás dentro de algunos años, si se producen los cambios suficientes, sus puntos fuertes superen sus debilidades y las miradas de todo el mundo comiencen a dirigirse hacia este lugar de América Central.
Guatemala como país emergente: quizás en un futuro no tan lejano
Guatemala es el país más poblado de América Central, con un PIB per cápita de aproximadamente la mitad que la del promedio de América Latina y el Caribe que, desde el año 2011 ha ido descendiendo progresivamente (del 4,2% al 3,3%), a la vez que también lo hacía la inflación (del 6,2% al 4,0%, según datos de Euromonitor). El sector agrícola supone el 13,5% del PIB y ocupa al 30% de la fuerza laboral. Entre las exportaciones agrícolas clave se incluyen el café, el azúcar, el banano, el cardamomo y las hortalizas. También hay que destacar el potencial de su industria cementera y el de la turística. Esta última, para muchos, con posibilidades suficientes para hacer frente a la de Costa Rica.
Fortalezas de Guatemala como economía emergente
Sus principales ventajas competitivas, las que refuerzan la idea de Guatemala como país emergente, son cuatro:
- Su fuerza de trabajo y el potencial de sus recursos humanos, motivados por aprender y desarrollarse y capaces de aportar un alto rendimiento.
- Su posición geográfica, en un punto estratégico del continente americano.
- Los recursos naturales y la diversidad ecológica.
- El potencial agrícola y forestal.
Desafíos y obstáculos actuales
Pero, a pesar de sus atributos positivos, no hay duda de que para plantearse Guatemala como país emergente hay que tener en cuenta que es una nación en desarrollo que todavía tiene que hacer frente a muchas dificultades como:
- El elevadísimo índice de pobreza, contra el que el Gobierno debe luchar de manera prioritaria.
- Una gran cantidad de armas en circulación, que facilitan los delitos oportunistas, como el atraco y el robo a mano armada, dos de los más denunciados tanto por turistas como por extranjeros residentes.
- Un legado de la violencia social, que aumenta la inestabilidad.
- La débil aplicación de la ley y la fragilidad de su sistema judicial, con raíces en un sistema político que carece de la eficiencia necesaria para obrar la transformación.
Además, a estas barreras hay que sumarle el problema de infraestructuras tan grande que debe superar la nación para poder considerar Guatemala como país emergente. Tienen un largo camino por delante porque, sin la garantía de una buena comunicación por carretera, con la dificultad existente en materia de acceso y unas pobres condiciones sanitarias, se plantea complicado el pensar en la inversión. No obstante, la infraestructura física no lo es todo, existe una faceta en este aspecto, la infraestructura tecnológica, que también debe tenerse en cuenta.
La telefonía e internet se encuentran bastante más evolucionados de lo que cabría esperar y eso es un punto importante a favor de Guatemala. Concretamente, en los últimos cuatro años la cifra e usuarios de internet se ha duplicado, pasando de un millón a medio a más de tres millones trescientos mil, según datos de Euromonitor.
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