Asia emergente, un futuro forjado por China y las TIC

¿Qué países conforman lo que se ha dado en llamar Asia emergente? La respuesta varía dependiendo del organismo que la defina. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, considera que esta nomenclatura abarca 29 países. Los principales son China, India, Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam.
Los datos de este conjunto de países no dejan de asombrar. Según los datos recogidos por los departamentos de Economía Europea y Economía Internacional y el Área de Estudios y Análisis Económico de La Caixa, “en 1980 la región representaba el 7,5% del PIB mundial, una cifra que quedaba lejos del 24,9% de EE.UU. o del 30,9% de la Unión Europea, en 2010 su peso se había disparado hasta el 23,3%, superando con claridad el 19,9% de EE. UU. y el 20,3% de la Unión Europea”.
Este espectacular crecimiento ha suscitado una serie de preguntas a las que el informe de la entidad financiera catalana ha querido dar respuesta. Por un lado el análisis de La Caixa pone de relieve las diferencias entre países que configuran esta Asia emergente. Así, nos encontramos con países como Malasia, China y Tailandia, con un PIB per cápita en paridad del poder de compra de 16.000, 8.600 y 9.000 euros, respectivamente; y por el otro lado, Nepal, Myanmar y Bangladesh, que presentan un PIB per cápita alrededor de los 1.500 euros.
Uno de los factores que destaca el informe acerca del crecimiento de la zona se centra en el “fuerte aumento del crédito, circunstancia que a menudo ha suscitado dudas sobre la sostenibilidad del nivel de actividad que ha alcanzado la región”. Con todo, La Caixa señala que pese a las dudas que se puedan generar se trata de “un proceso de convergencia natural, ya que el sistema financiero estaba muy poco desarrollado”.
El informe destaca que “el aumento del crédito se ha producido manteniendo la financiación externa en cotas moderadas”. El momento máximo de la deuda externa en la región se situó en 1998 en el 35% del PIB. EE.UU., por ejemplo, hoy tiene una deuda que casi se equipara con su PIB.
La Caixa destaca como uno de los principales puntos del crecimiento de la zona su “fuerte expansión de la capacidad exportadora”. “Seguramente, el principal ingrediente del éxito de la región”, afirma. El documento pone de relieve un dato: “en 2010 las exportaciones de bienes y servicios del Asia emergente alcanzaron el 30% de la cuota mundial según datos de la UNCTAD, un registro superior al de la Unión Europea y al de los países del Área de Libre Comercio de América”.
Para llegar a este cambio, La Caixa cita dos factores. Por un lado, el ingreso de China en 2001 en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por el otro, “la revolución de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). La combinación de estos dos factores atrajo de “forma masiva la producción de las tareas más intensivas en trabajo, lo que, de forma indirecta, también benefició a los países vecinos de la región, que poco a poco se han ido integrando en la cadena de producción liderada por China suministrándole bienes intermedios”, apunta el documento de la entidad financiera. Además, “la buena evolución de estas economías asiáticas se apoya en dos factores adicionales: la mejora del nivel educativo de la población y la sólida inversión en infraestructuras”, indica La Caixa.
Uno de los aspectos negativos se centra en que todo este crecimiento aumenta “la desigualdad y la fragilidad institucional” de la región. El informe concluye que “el rol protagonista de la región en la economía global tiene visos de mantenerse en el futuro. Para que este sea el caso, será necesario llevar a cabo reformas institucionales, seguir invirtiendo en las TIC para beneficiarse de sus ventajas y de su potencial, y, naturalmente, mejorar también la educación”.
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